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El partido de Torra

Trias

Trias / Manu Mitru

Albert Sáez

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Mirando sus carteles electorales, Xavier Trias es un hombre sin partido político que le avale. Escuchando sus mítines, es un hombre del partido de Pujol y de Mas. Sus adversarios le recuerdan que es del partido de Carles Puigdemont y Laura Borràs. Pero todos olvidan que Trias es del partido de Quim Torra, el 'president' de la Generalitat menos dotado políticamente y como gestor desde la recuperación de la institución.

Nadie duda de que Trias está más que capacitado para ser alcalde de Barcelona. Pero un alcalde es también su equipo. Y los equipos provienen de los partidos. Una parte de las dificultades del mandato de Ada Colau es precisamente la inestabilidad de su equipo que, en el momento de la tercera reelección, se reduce a Jordi Martí (exPSC) y Janet Sanz (exIniciativa). Els Comuns no tienen otro legado que la alcaldesa. Trias se ha rodeado de sus incondicionales cuando fue alcalde pero el artefacto que lo sustenta es Junts, el partido que no existiría sin Puigdemont y el partido que puso a Torra al frente de la Generalitat, forzado por las maniobras de la justicia, pero también guiado por un principio: todo poder en el interior tiene que ser vicario respecto al exilio y ningún cargo se puede considerar plenamente legítimo sino se sustenta en la retórica del 1-O.

Cuesta mucho creer que, pese a la fuerte personalidad de Trias, su hipotética vara de alcalde no estaría sometida a este tipo de fricciones. Por eso resulta un poco molesto a los oídos escuchar estos días a Jordi Turull, el secretario general de Junts, hablar de incompetencia teniendo de correligionarios a Torra y a Borràs.

Lo que pase en Barcelona puede servir a Junts de paraguas de unos resultados poco satisfactorios. La alcaldía sería una tabla de salvación, pero su verdadero 'momentum' será en otoño cuando las resoluciones judiciales de la UE les obliguen a tomar decisiones. Si Puigdemont gana la partida, ese modelo Torra de dirección vicaria se enquistará. Y Trias no tendrá otra que adaptarse, con las alas cortadas en sus relaciones políticas con los socios que necesite para ser alcalde si lo logra, con la Generalitat y con la Moncloa. Si Puigdemont no gana, Junts deberá decidir si sigue siendo el partido de Torra, de los dirigentes vicarios que no pueden hacer política en el interior. Y Trias, especialmente si es alcalde, deberá decidir lo que ahora se niega a admitir.

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