Homilías artificiales

El Evangelio de Juan pasa por ser uno de los textos más bellos y teológicamente profundos de la Biblia y también arrastra la fama de ser el Evangelio más difícil de captar en toda su magnitud metafórica. Alejado de los sinópticos, escrito a lo largo de muchos años y concluido aproximadamente un siglo después de los hechos que cuenta, tiene pasajes que incluyen numerosas imágenes y segundas lecturas. En uno de los últimos fragmentos, Jesús resucitado se aparece tres veces a los apóstoles. La última, a orillas del lago Tiberíades, en un episodio en el que les obsequia con una pesca abundante mientras los discípulos, que saben que aquel desconocido personaje es Jesús, no se atreven a decir su nombre. Excepto Pedro, a quien el Mesías profetiza un final amargo.

Maná en el desierto

Este es el resumen del texto del Evangelio que el presbítero Bernhard Piendl, en la catedral de Ratisbona, leyó y comentó hace un par de domingos. Informa de ello María-Paz López en 'La Vanguardia', en una noticia que incluye la novedad que el cura utilizó el ChatGPT para modelar parte de su homilía. Lo confesó después a los feligreses, que quedaron estupefactos. En unas declaraciones posteriores, Piendl reconoció que la inteligencia artificial había hecho más comprensible el pasaje de Juan, pero avisó de que nunca confeccionaría toda la homilía con IA, “porque no puede sustituir el mensaje del Evangelio ni la relación personal con Dios y la fe”. ¿No puede? Los evangelios son palabra de Dios y se leen en el transcurso de un rito que los enaltece y recalca este vínculo sagrado, pero no dejan de ser una fuente de información que puede ser descodificada y analizada por una máquina. Lo más interesante de las reflexiones teológicas de Piendl es que contrapone la frialdad agnóstica y neutral de la IA a la interpretación humana del sacerdote, intermediario entre los hombres y la divinidad. Estoy seguro, por otra parte, de que para muchos curas el ChatGPT será maná en el desierto, empujados a la obligación dominical de comentar el Evangelio sin saber demasiado qué decir de nuevo.

Suscríbete para seguir leyendo