NEWSLETTER Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Ayuso sabe lo que hace

Isabel Díaz Ayuso.
La habitual superioridad moral de la intelectualidad de izquierdas y el machismo banal de la derecha alimentan un cierto desprecio hacia lo que dice y lo que hace Isabel Díaz Ayuso. Su objetivo es claro: quiere obtener una mayoría absoluta en las elecciones del 28M para gobernar sin Vox y, si es el caso, competir con Juan Manuel Moreno Bonilla como alternativa a Alberto Núñez Feijóo el día que tire la toalla, sea antes o después de pasar por la Moncloa. No está claro que tenga tanta prisa como sus palmeros o asesores, entre otras cosas porque es más joven que todos ellos y pudiera tener esa inteligencia de la clase media que hace valorar lo que se tiene sin dar por supuesto que se puede alcanzar todo por derecho divino o de sangre. También sus adversarios tienen prisa. Pablo Iglesias firmó su epitafio político intentando presentarse como su antagonista. Y las designaciones de candidatos de Pedro Sánchez en Madrid solo se pueden entender por la pretensión, nuevamente narcisista, de confrontar personalmente, o por persona interpuesta como Bolaños, con Ayuso para incitar su candidatura a las generales de diciembre y reclmar el voto útil pero al revés.
Ayuso ha aprovechado el episodio de Bildu para atajar la razón de ser de Vox: los decepcionados con el PP de Rajoy cuando le llamaban 'maricomplejines'. Ayuso se ha mostrado en este tema sin complejos y, de paso, se ha vacunado por si acabara necesitando a los de Abascal si no los convence por la vía del voto útil. Tres vías de votos en una jugada, un 'catch-all' como la copa de un pino al que sus adversarios solo han sabido contestar desde el plano de la moral, pero no desde el de la política. Y muchos tampoco pasarían la prueba del algodón en ese ámbito. Las predicciones de EL PERIODICO sitúan a Ayuso al borde de la mayoría absoluta, como la mayoría de las encuestas. Pero ella no se fía y se acaba apuntando a la doctrina Bonilla: el voto útil para que no gobierne Vox es el PP, ni el PSOE ni todo lo que hay a su izquierda. Quizás sería más inteligente discutirle los datos y los hechos en lugar de ningunearla desde la moral y ese toque de machismo banal que no se sacan de encima ni los partidos que se conjugan en femenino.
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