Apunte

Busquets, omnipresente y discreto

Busquets abandona el Barça: paseo por una carrera estelar

Radiografía al doctor Busquets

Busquets, durante el trofeo Joan Gamper.

Busquets, durante el trofeo Joan Gamper. / .

Jordi Puntí

Jordi Puntí

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pues sí, Sergio Busquets se va. Lo echaremos de menos. Mucho. Añoraremos su seguridad, esa constancia de quien trabaja incansablemente, siempre en el lugar y el momento adecuados. Cuando algo no funcione, diremos «esto con Busi no pasaba». Porque la memoria es selectiva y sólo recuerda lo bueno, y además cuando hacía falta Busquets se inventaba un regate de maestro, un pase al espacio, un disparo imparable: todo aquello también estaba en su repertorio, pero la discreción es una virtud que no todas las estrellas pueden permitirse.

No hay otro como Busquets. Es más, ahora el privilegio de haberlo visto jugar nos hará sufrir: le buscaremos un repuesto que no existe, intentaremos amoldar el talento de otros jugadores al recuerdo de su fútbol. Misión imposible. Como con Xavi y con Iniesta, Busquets tendrá un lugar reservado en las alineaciones ideales del Barça. Ahora se hará fotos con todos los trofeos que ganó, pero los aficionados tendremos un recuerdo más abstracto, esa omnipresencia esencial en el juego, transformadora. Por eso todos los entrenadores le querían en su equipo.

Más dinero

Hasta aquí los sentimientos. Deduzco que Busquets no se va por razones futbolísticas, sino personales. Quiere ganar más dinero mientras las piernas aguanten, como hicieron Iniesta y Xavi. Con ellos aprendimos a ser comprensibles y nos decimos que, claro, la vida del futbolista es corta. Pero un momento, un momento. Busi ganaba en el Barça unos 12 millones por temporada y le ofrecían siete el próximo año. Allá donde vaya ganará mucho más, seguro, pero ¿y qué? En un año en el Barça cobra más que todos nosotros juntos, lectores, eso seguro.

Su familia no debe preocuparse durante tres generaciones, antes se acabará el mundo por el cambio climático que su dinero. Lo digo también para fijar un principio de realidad, pensando en el posible regreso de Messi y aquellos que dicen que las ofertas que vienen de Arabia Saudí -una jaula de oro- son irrenunciables. Las emociones también pesan. El agradecimiento será eterno y estos 15 años no nos los quita nadie, ni a Busquets ni a los aficionados, pero todo es cuestión de prioridades.  

Suscríbete para seguir leyendo