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Sequía a corto y a largo plazo

Las medidas de ahorro interpelan a la responsabilidad personal. Pero además debe haber un cambio de modelo

Vilanova de Sau (Osona, Barcelona), 28/02/2023. La Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha decretado nuevas medidas de excepcionalidad a raíz de la grave sequía con los embalses bajo mínimos, com el Pantà de Sau. FOTO de ORIOL CLAVERA

Vilanova de Sau (Osona, Barcelona), 28/02/2023. La Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha decretado nuevas medidas de excepcionalidad a raíz de la grave sequía con los embalses bajo mínimos, com el Pantà de Sau. FOTO de ORIOL CLAVERA / Vilanova de Sau (Osona, Barcelona), 28/02/2023. La Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha decretado nuevas medidas de excepcionalidad a raíz de la grave sequía con los embalses bajo mínimos, com el Pantà de Sau. FOTO de ORIOL CLAVERA

Catalunya suma ya dos años de sequía, que han dejado las reservas de los pantanos catalanes en mínimos, sin la suficiente nieve acumulada en los Pirineos este invierno, la que debería ayudar a recargarlos en el deshielo, y con su medio natural y explotaciones agrícolas sedientas y necesitadas de un volumen de lluvia sostenido, que no se atisba en el horizonte, para recuperarse. Un panorama que puede conducir a una situación realmente comprometida este verano si las condiciones meteorológicas se mantienen. E ingestionable si no empezaban a aplicarse ya las medidas de ahorro aprobadas este martes. Ante una situación similar en 2008, el tripartito desplegó instalaciones como las desaladoras que durante años han estado infrautilizadas pero que llevan ya meses a pleno rendimiento. Su existencia, así como la reutilización de agua procedente de depuradoras para diversos usos, ha evitado hasta ahora una situación más comprometida. Pero pronto no será suficiente. Ni a corto plazo ni a largo: este tipo de soluciones tiene sus límites y suponen un gasto energético que debe ser considerado a la hora de plantearse de forma amplia la adaptación a una nueva realidad marcada por la crisis ambiental.

De momento, no obstante, debemos pensar en el corto plazo. Las medidas restrictivas pueden suponer molestias e inconveniencias. Es lo menos que debemos asumir en la adaptación que nos espera a un escenario en que la norma puede ser ya no las sequías estacionales o cíclicas, sino una escasez de agua crónica. También estas medidas tienen una parte de obligado cumplimiento por parte de las administraciones, y otra que depende de la responsabilidad de cada ciudadano a título individual. Como en tantas ocasiones ya, el reto para cada uno de nosotros será poner por delante de la comodidad personal, e incluso de legítimos intereses particulares, el espíritu cívico. Pero más allá de hacer lo necesario para capear una situación de crisis hídrica, el país debe plantearse su adaptación a esta nueva realidad, y eso pasa por restaurar sistemas hidrológicos, potenciar infraestructuras para optimizar el ciclo del agua y plantear entre los condicionantes que pueden hacer o no posibles proyectos urbanísticos, turísticos o industriales, la disponibilidad del suministro de agua. Otros muchos recursos (financieros, materias primas, territorio...) no son infinitos. Y el agua cada vez será más finita.

Mientras, con las elecciones a la vista, PP y Vox vuelven a buscar la respuesta en un Plan Hidrológico Nacional que reabra la puerta a grandes trasvases entre cuencas, en especial en dirección a las zonas de agricultura intensiva de regiones como Murcia. La estimación de superávits en unas cuencas que permitirían los trasvases suele no tener en cuenta las necesidades de mantenimiento de ecosistemas frágiles en las cuencas cedentes. Y apuesta por el mantenimiento de modelos de producción agraria que quizás en un nuevo entorno climático ya no sean posibles en determinadas zonas, o solo lo sean con un replanteamiento de los recursos y tecnologías. Es decir, se trata de una apuesta por obtener réditos electorales en zonas sensibles y que no asume la necesidad de un cambio más profundo ante una nueva realidad. Frente una perspectiva que incluye restricciones en el suministro de agua de boca, medidas excepcionales y cuestionables en situaciones desahogadas pasan a ser necesarias. Pero pensar solo en corto plazo es engañarse.