Ágora

Serrat y la concordia catalana

Cantautor bilingüe y con gran peso simbólico, el ‘noi’ de Poble Sec señala el camino hacia la convivencia en Catalunya

Último concierto de la gira 'El vicio de cantar. Serrat 1965-2022' de Joan Manuel Serrat en el Palau Sant Jordi que pone fin a su carrera.

Último concierto de la gira 'El vicio de cantar. Serrat 1965-2022' de Joan Manuel Serrat en el Palau Sant Jordi que pone fin a su carrera. / FERRAN NADEU

Álex Ramos

Álex Ramos

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Andaba un servidor un poco decepcionado por no haber podido adquirir entradas para los últimos conciertos en Barcelona del admirado Joan Manuel Serrat. El ‘noi’ del Poble Sec se despedía tras casi 60 años de una gran carrera musical y como cantautor de referencia para muchos de nosotros a lo largo de varias generaciones.

Pero hete aquí, para mi consuelo y satisfacción, que se anuncia la emisión en TV-3 de su último concierto de la gira de despedida, a celebrar en el Palau Sant Jordi el viernes 23 de diciembre. Me preparé con ansia y esmero para disfrutar del último directo de Serrat por televisión.

Ya puestos en el concierto televisado, me produjo una sana envidia no estar allí sentado con aquellos miles de personas para poder escuchar y despedir a quien ha sido un gran cantautor, no solo por su transcendencia musical, sino también social y humana. Pero seguirlo cómodamente desde casa y disfrutarlo con una buena realización televisiva colmó todas mis expectativas, siendo imposible no emocionarse con las evocaciones nostálgicas de muchas de las canciones.

Serrat me parece un buen ejemplo cívico de convivencia y concordia. Transmite buen rollo y ha sabido navegar, con su alma de marinero, de forma muy digna en los tiempos que le han tocado vivir. En 1968, Serrat defendió su derecho a representar a España en el Festival de Eurovisión con una de sus lenguas, el catalán, pero el régimen no lo permitió. En 1975 estuvo exiliado en México hasta su vuelta un año después, ya con la democracia.

Posteriormente, Serrat ha sabido tocar la fibra emocional de gente muy diversa, en castellano y en catalán, tanto en Catalunya como en el resto de España y, de forma importante, en Hispanoamérica. Se ha acercado a lo más íntimo y cotidiano de las gentes de ambos continentes cantando sin ningún problema, aprovechando el acervo y el privilegio de ser bilingüe.

Tras la llegada de la democracia a España, desde diversas instancias del poder nacionalista catalán se ha criticado y señalado a Serrat por no cantar exclusivamente en catalán, como sí ha hecho algún otro autor comprometido con esa causa y recompensado por ello.

A pesar de esas instancias de poder del régimen anterior y del entramado nacionalista catalán, Serrat ha salido airoso y ha triunfado por sus propios méritos, al ser aceptado como es por la ciudadanía.

Joan Manuel ha sabido extraer de las emociones, de las vivencias y de los sentimientos de la gente las letras más bonitas y evocadoras. Y lo ha hecho cantando en catalán y en castellano, sin querer molestar a nadie con ello, con total normalidad. Por otro lado, ha sido una persona comprometida con diversas causas políticas.

Siendo como es un cantautor universal, Serrat nació en una calle con nombre de poeta en el Poble Sec de Barcelona, lugar que proyecta como su patria, la de la infancia. En el concierto lanza un cálido y emocionado agradecimiento a sus abuelos, padres, hijos y pareja. Con un padre de origen catalán y una madre aragonesa, su ejemplo se mimetiza con una realidad social y demográfica muy amplia en Catalunya: plural, diversa y bilingüe.

Fue un verdadero disfrute seguir, una tras otra, las canciones del cantautor durante el concierto de despedida. Solo Serrat sabe cantarnos esas letras redondas. Nos recordó que hoy puede ser un gran día y duro con él. Cantó a los grandes poetas, entre ellos a Manuel Machado y Miguel Hernández, con ‘Cantares’ y las ‘Nanas de la cebolla’. Nos emocionó con ‘La tieta’, ‘Paraules d’amor’ y ‘Cançó de matinada’. Y nos alertó de nuevo sobre las amenazas al medio ambiente con la canción premonitoria escrita en 1973 ‘Pare’ y con ‘Plany al mar’. Y, por supuesto, la magistral ‘Mediterráneo’, entre otras.

Su obra es un gran ejemplo de cómo se puede proyectar una monumental cartera de éxitos musicales como poeta y cantautor bilingüe, en catalán y en castellano.

Muchas gracias a Joan Manuel Serrat por el regalo de sus letras y canciones. Por su obra y por su ejemplo.

Serrat, con su significado, es un buen camino hacia la concordia en Catalunya. Parafraseando a Manuel Machado: ¡Andemos ese camino!