Ágora | Por Álex Ramos

¡Viva la Constitución!

Queremos una España plural de todos donde seamos capaces de fraguar un país mejor a través del diálogo, la negociación y el pacto; pero con mayorías amplias, como la de 1978

Pedro Sánchez y demás políticos y autoridades aplauden a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en los actos del Día de la Constitución en Madrid.

Pedro Sánchez y demás políticos y autoridades aplauden a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en los actos del Día de la Constitución en Madrid. / DAVID CASTRO

Álex Ramos

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Estos días celebramos el 44 aniversario de la Constitución Española de 1978. Cada 6 de diciembre conmemoramos que los españoles refrendamos la Carta Magna con una participación cercana al 70% y un apoyo del 88%. Con un 91,2% de los votos favorables, Catalunya fue una de las comunidades donde la ley fundamental logró mayor respaldo. Goza, por tanto, de una legitimidad democrática acreditada, inapelable y en pleno vigor. A día de hoy no parece existir otro modelo plausible de convivencia. El Gobierno de Felipe González instauró el 'Día de la Constitución' como festivo nacional a través del Real Decreto 2964/1983.

La transformación política, social y económica de España en las últimas cuatro décadas ha sido reconocida internacionalmente de forma unánime. Asimismo, el grado de aceptación de la Constitución entre los españoles sigue estimándose muy amplio, con una mayoría social que apoya a partidos constitucionalistas.

La Constitución ha conformado un país avanzado, plural y diverso, con una gran descentralización administrativa en favor de las Comunidades Autónomas. La pluralidad y diversidad reflejan el respeto por las diferencias y la suma de todas las aportaciones revierte en una rica identidad común de la que todos los españoles nos beneficiamos. 

Esa identidad viene de lejos y es dinámica, pues un país nunca termina de construirse y debe adecuarse a los nuevos tiempos. La identificación emocional y racional con nuestro país tiene un perfil de patriotismo cívico sustentado en los derechos y las libertades, lejos de las propuestas identitarias, étnicas y excluyentes de ciertos nacionalismos periféricos. 

Jürgen Habermas ha sido el mayor valedor del concepto de Patriotismo Constitucional y nuestra Constitución se inspira en ese espíritu, en esa idea de que el ciudadano asume dicho patriotismo al adherirse a unos valores cívicos y democráticos comunes plasmados en la Carta Magna. Ese espíritu no apela a una Constitución basada en mitos étnico-nacionalistas y esencialistas que tanto dolor han infligido a Europa en los últimos dos siglos.

En la actualidad, en España asistimos a una gran paradoja según la cual el Gobierno central no solo está sustentado por fuerzas políticas minoritarias que suelen considerar a los constitucionalistas, de forma despectiva, como el régimen del 78, sino que algunos de los apoyos del Ejecutivo son partidos nacionalistas que, sin esconderse, trabajan a diario para deshacer la España constitucional. 

Desde Societat Civil Catalana hacemos un llamamiento para que la legítima política partidista por llegar al poder e implantar un determinado proyecto huya del pan para hoy, hambre para mañana, de forma que el legado de la actual clase política pueda ser recordado dignamente en el futuro.

SCC, como plataforma transversal de ciudadanos de todas las ideologías del espectro democrático, reivindica cada año los valores de nuestra Carta Magna y, en esta ocasión, animamos a participar el próximo 14 de diciembre en el acto que celebraremos en el Colegio de la Abogacía de Barcelona bajo el lema 'La Constitución del 78, marco de convivencia y libertad'. Nos dirigimos a todos aquellos ciudadanos que comparten el ideal constitucional, sin ningún tipo de complejos y con un sentimiento de identidad plural, como catalanes y españoles al mismo tiempo. Y ello en un contexto europeo y de comunidad de países hispanoamericanos, con el enorme potencial que eso significa.

Conmemorando la Constitución queremos celebrar la España de toda la ciudadanía: la de aquellos que no tienen ninguna afiliación política y la de aquellos que sí la tienen, sean de centro, de izquierdas o de derechas. La misión de SCC es conectar a todos los ciudadanos que tienen esa rica identidad plural; darles voz y visibilidad para poner fin al flagrante desamparo de una parte de la sociedad catalana, abandonada a la suerte de las componendas y negociaciones por el poder de unos y de otros.

Queremos una España plural de todos donde seamos capaces de fraguar un país mejor a través del diálogo, la negociación y el pacto -necesarios para avanzar equitativamente en la política territorial-, pero con mayorías amplias, como la de 1978, que respeten siempre el marco legal del Estado Democrático y de Derecho vigente. Y con un sano patriotismo constitucional. ¡Viva la Constitución!