Apunte

Piqué, a su manera

Piqué, durante su partido de despedida.

Piqué, durante su partido de despedida. / Jordi Cotrina

Mónica Marchante

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Hace tiempo que Piqué perdió credibilidad, concretamente la noche que le espetó airado a Juanma Castaño, durante su comparecencia tras los primeros audios con Rubiales, aquello de “nunca me han dado una ayuda de nada, tampoco la he pedido y no la voy a pedir”. 

Horas después El Confidencial hacía público otro capítulo entre Rubi y Geri en el que este último le pedía al presidente un favorcillo para su Andorra, "si podéis evitar ponernos en el grupo de los catalanes, mejor.” 

No solo eso, “esta me la tienes que hacer, eh Rubi, lo tienes que conseguir, hostia, me hace una ilusión que te cagas jugar los Juegos Olímpicos”, le decía a Luis Rubiales suplicándole que intercediese ante el seleccionador para ir a los JJOO de Tokio con España. Para no haber pedido nada… los dos favores (que no logró) no eran cosas menores.

Escuchando la conversación entre Ibai Llanos y Piqué, fue inevitable recordar todo el episodio anterior.

Y es una lástima, por doble motivo, que la última imagen de un tipo tan grande como ha sido Gerard en el fútbol, haya sido acosando a Gil Manzano. ¿Qué necesidad? Hubiera sido mucho más justo para él y para su carrera que el adiós del Camp Nou, su imagen impoluta de aquel día, hubiera sido la última. 

Pero no, es Gerard Piqué y se va a su manera, montando el pollo. 

Durante años esas cosas de Piqué nos hicieron gracia, a mi también, a todos, hasta al más ferviente madridista, como cuando soltó el mítico “contigo empezó todo” aludiendo a la fiesta de cumpleaños de Cristiano tras ser goleado en el Calderón, o cuando en Villarreal señaló a Javier Tebas, o cuando habló de los hilos del palco del Bernabeu.

Lo malo fue saber que él también movía los hilos saudís cerrando las comisiones “a pachas” con el presidente de la RFEF, y llegar a la conclusión de que, en el fondo, admiraba aquello que tanto criticaba.

Por eso, cuando le cuenta a Ibai que él no fue el que insultó a Gil Manzano, suena tan creíble como cuando no veía conflicto de intereses en sus negocios con Rubiales.

En los últimos años el Piqué empresario eclipsó al mejor central que ha tenido el Barça y la selección. Me apena su retirada, pero mucho más la deriva en su credibilidad.

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