Me duele la ingle
De la relación que hayas tenido con tu primera bicicleta, dependerá en parte la que tengas con tu cuerpo, independientemente del idioma en el que te expreses
Juan José Millás
Escritor.
¿Sabes lo que se me ocurre ahora mismo? Se me ocurre que nunca me enseñaste a montar en bicicleta. Sé inglés, pero no sé montar en bicicleta. Sé incluso hacer unos espaguetis carbonara, pero no sé montar en bicicleta.
Si estás atento, pillas por ahí conversaciones increíbles. Lo de la bicicleta se lo confiesa un hombre de unos 30 años a su padre en la sala de urgencias de un hospital, cerca de mí.
–Yo sé montar en bicicleta, pero no sé inglés –responde el padre–. Habría preferido hablar inglés.
–No sabes lo que dices –responde con amargura el hijo.
Después, se hunden en un silencio rencoroso y a mí me viene a la memoria mi primera bicicleta, en la que aprendí, más que a montar, a caerme. La construyó mi padre con piezas de desguace. Iba al Rastro y compraba un día un manillar; otro día, un sillín; otro, una rueda, una cadena, un neumático… De este modo, acabó construyendo un vehículo Frankenstein que me trajeron los Reyes un 6 de enero. Ni me enteré de que cada pieza procedía de una máquina distinta, así que la recibí con gran ilusión y me fui con ella al descampado que había cerca de casa.
Enseguida advertí que era demasiado grande para mi estatura, lo que no me arredró. En vez de conducirla cómodamente, desde el sillín, introduje la pierna derecha entre los tubos que formaban su esqueleto para alcanzar el pedal de ese lado y comencé a moverme como si tuviera una pierna más larga que la otra. Me caía una y otra vez, claro, pero era tal mi afán por aprender que acabé dominando ese extraño modo de montarla. La bicicleta, entre tanto, se iba rompiendo, igual que yo, pero a mí me escayolaban y a ella le comprábamos una pieza nueva en el desguace.
En esto, una enfermera me llama y paso a la consulta. Le digo a la doctora que me duele mucho la ingle derecha, porque es a lo que he venido a urgencias. Me pregunta si he hecho algún esfuerzo y estoy a punto de contarle aquel raro modo con el que aprendí a montar en bicicleta. De la relación que hayas tenido con tu primera bicicleta, dependerá en parte la que tengas con tu cuerpo, independientemente del idioma en el que te expreses.
Suscríbete para seguir leyendo
- Sumerge las bayetas en esta sustancia para limpiarlas sin ayuda de la lavadora
- Los embalses ya están más llenos que hace un año: las lluvias abren la puerta a levantar más restricciones
- Última hora de la incidencia de Rodalies Renfe en Catalunya, afectaciones de trenes y alternativas, en directo
- El PSC pide a Albiol una reestructuración el Gobierno de Badalona tras obtener dos concejales del PP sendos escaños en el Parlament
- Estoy desolada por la poca asistencia de público en el teatro
- Los hipotecados podrían ahorrarse hasta 300 euros cada mes si cambian su préstamo variable por uno fijo o mixto
- El centro de control destruido por el robo de cobre en Montcada-Bifurcació se estrenó hace una semana
- El Supremo da la razón a Madrid y anula subvenciones millonarias para País Vasco, Extremadura y Comunidad Valenciana