Artículo de Salvador Martí Puig

Brasil impredecible

Si la victoria de Lula en la segunda vuelta es ajustada es muy posible que Bolsonaro no acate el resultado, proclame que ha habido fraude y movilice a los suyos

Lula abre tres puntos frente a Bolsonaro con el 92,9 % escrutado en Brasil

Lula abre tres puntos frente a Bolsonaro con el 92,9 % escrutado en Brasil / EFE

Salvador Martí Puig

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Las noticias de la noche electoral brasileña del 3 de octubre no fueron las esperadas. No por los votos que logró Lula, que fueron el 48,4% tal como preveían las encuestas, sino por la resistencia del denostado presidente y candidato a la reelección. Bolsonaro obtuvo casi 10 puntos más de lo que vaticinaban las encuestas, llegando al 43,2% y consiguiendo una dulce derrota que le da alas para la segunda vuelta, que se celebrará el domingo 30 de octubre. Eso es así porque, además, los dos candidatos que quedaron en tercera y cuarta posición no parecen estar dispuestos a apoyar a Lula. La conservadora Simone Tebet, con un 4,1% del voto, ya ha dado su apoyo expreso al actual presidente y Ciro Gomes, adversario personal y exministro de Lula, aún no se ha pronunciado sobre qué consigna dará al 3% de ciudadanos que lo votaron. 

Ante este panorama cabe preguntarse, por un lado, en qué han fallado las encuestas y, por otro, por qué la candidatura de Bolsonaro ha resistido a pesar de las múltiples muestras de incompetencia y zafiedad. 

La respuesta a la segunda pregunta pasa por señalar que, después de cuatro años en el Palacio de Planalto, Bolsonaro ha conseguido cohesionar una coalición electoral -hasta la fecha desarticulada- que se puede resumir como la de las “tres bes”: las de Bife, Bala y Biblia. La B de 'bife' se refiere a los intereses de los magnates del 'agrobussines' que tienen como objetivo seguir con la explotación intensiva de la agricultura y de la ganadería en las zonas de la frontera agrícola amazónica. No es casual, en este sentido, que en todos los estados amazónicos haya ganado la derecha. La B de 'bala' da cuenta de las políticas de 'mano dura' propias del populismo punitivo, que autorizan y estimulan la compra-venta de armas para uso personal y que afirman que contra el robo, el delito y la inseguridad lo mejor es la pena de muerte. La tercera B es de 'biblia' y se vincula con el creciente colectivo de evangélicos que hacen bandera de la lucha contra la llamada 'ideología de género', el aborto y el relativismo moral. A estas 'tres bés', además, se puede añadir otra, la de la supremacía patriótica “blanca” en contra de todas las medidas -impulsadas desde los gobiernos del PT- a favor de las minorías raciales -sobre todo de los afrobrasileños- y de los pueblos indígenas. 

La respuesta a la primera pregunta, la de la incapacidad de las encuestas para detectar el voto a Bolsonaro, está relacionada con el hecho de que muchos de sus adeptos han ocultado la intención de voto. Esto es así porque desde los medios de comunicación establecidos y desde la opinión pública internacional votar a Bolsonaro es políticamente incorrecto e, incluso, vergonzante. Precisamente por ello, votar a Bolsonaro, para muchos de sus seguidores, representa un acto de rebeldía, como en los Estados Unidos lo puede ser votar a Trump.

De todas formas, es de ley señalar que el ganador de la primera vuelta para la elección a presidente es Lula y es quien tiene más posibilidad de resultar vencedor, ya que se ha quedado solo a 1,6% de los sufragios para hacerse con la presidencia. Sin embargo, si se observan los resultados de la Cámara de Diputados federal, los del Senado y los de las gobernaturas, la situación política de un futuro gobierno liderado por Lula puede ser terrible. Los estados del centro oeste y los ricos estados del sur son bastiones de la derecha con gobernadores caciques que pueden hacer la vida imposible al nuevo presidente. A ello debe añadirse que tanto en el Senado como en la Cámara la derecha ha incrementado su representación. Para ser conscientes de la débil representación de la izquierda en la cámara baja basta con señalar que la coalición lulista bautizada Federación Brasil de la Esperanza solo ha conseguido 80 diputados sobre los 513 que había en liza. 

Así las cosas, si gana Lula el día 30 de octubre la gobernabilidad de su ejecutivo puede ser extremadamente compleja y frágil. Eso siempre que gane con un margen considerable de votos, pues si la victoria es ajustada es muy posible que Bolsonaro no acate el resultado, proclame que ha habido fraude y movilice a los suyos. Si eso ocurre, nadie puede predecir el desenlace. 

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