Amigos para siempre

Tengo la impresión de que nos empiezan a caer gordos demasiados equipos. Igual es que algo no hemos hecho bien. 

Este gen autodestructivo que nos caracteriza ya salpica al Girona; existe gente perica que no lo soporta porque sospecha que es un filial culé, aunque con fichajes en mano podría serlo perfectamente del Real Madrid. En Montilivi ya se nos discute -más en el campo que en la historia- ese lugar de segundón del futbol catalán en el que llevamos décadas instalados sin presión alguna.

Al Sevilla, ni se le odia ni se le tiene manía, porque tenía un perfil similar al nuestro pero desde que en 2001 ascendió de 2ª a 1ª ya cuenta con cinco Europa League. Ya son inalcanzables. 

¿Y el Betis? También nos cae gordo, porque era un clase media como nosotros. Sí: era. Ahora le tenemos ojeriza porque en un momento clave de nuestra historia no nos recuperamos del tortazo que supuso de la marcha de Rubi y Borja Iglesias a Heliópolis y pese a jugar en Europa nos fuimos a segunda. Además no somos capaces de llevar cada quince días 50.000 almas a Cornellà, cosa que sí hacen ellos en el Villamarín.

Hasta primeros años de siglo el CV del Villarreal estaba envasado al vacío, pero la familia Roig hizo bien su trabajo y se dejó asesorar bien. Ahora los groguets son temidos en La Liga, se nos llevan a un símbolo como Gerard Moreno y en Europa llevan dos décadas pasándonos la mano por la cara. Es así. 

¿Y el Sabadell, también? Puede. Éramos buenos amigos, venía siempre al Nostra Catalunya, dos símbolos como Rafa Marañón y Tommy Nkono colgaron allí sus botas, pero... En la Creu Alta no perdonan que en la última jornada en Segunda perdiéramos en Alcorcón; un empate les hubiera mantenido en la categoría... Y aunque la culpa de su descenso jamás fue nuestra... algo les queda.

Ahora estamos a punto de cerrar un acuerdo de colaboración con la UE Cornellà... Ya que les dejamos el campo, qué menos que tener máxima preferencia en escoger futbolistas a una de las mejores canteras de España. Ojalá sea así y empecemos a dar más besos en la boca y menos mordiscos en el cuello. 

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