El dúo cómico del lacismo

Me ha llegado la convocatoria de una actuación cómica de Presidentorra y Lluís Llach en Vilafranca del Penedès. El expresidente y el excantante deben de ir tiesos y se han sacado de la manga una obra que se titula '¿Nos engañaron?', a ver si se sacan unas perritas. Para que nadie se confunda y todo el mundo sepa que la cosa va de risas, las jornadas que acogen el 'show' de los dos ex se titulan 'Jornades de pensament nacional', como si tal cosa fuera posible. Quiero suponer que '¿Nos engañaron?' no hace referencia a la vida personal e íntima de los dos protagonistas con sus cónyuges respectivos, que a nadie importa si han sido engañados alguna vez en este ámbito, allá ellos, sino al 'procés', como está mandado. Yo voy ahí a reír, no a que me hablen de cuernos.

La acción transcurre de inicio en octubre de 2017 y llega hasta nuestros días, con los dos cómicos preguntándose el uno al otro si alguien les engañó o es que simplemente son bobos. Tal vez sería más apropiado el título '¿Nos engañamos?', porque los pobres ilusos se engañaron a sí mismos sin ayuda de nadie. Aunque sería todavía más acertado titular la obra '¡Os engañamos!', dirigido a todos los catalanes que confiaron en ellos. Lo que ocurre es que eso sería un drama y el 'procés' ya solo sirve para reír, así que mejor dejar el '¿Nos engañaron?'..

La obra va de dos panolis que años después de haber fracasado en todo lo que intentaron se preguntan si alguien les engañó. Lo de echar siempre la culpa de nuestros fracasos a un enemigo exterior es muy catalán, con lo que se espera que después de la actuación en Vilafranca, la obra se represente con gran éxito en otras poblaciones catalanas, subvenciones mediante.

Los dúos cómicos fueron populares años atrás, y a mí me gustaría que la nueva pareja fuera como Lussón y Codeso, con el uno dándole siempre bofetones al otro, tanto me da si se los da Presidentorra a Llach o al revés; mejor si se van turnando.

-¿Nos engañaron?

-Toma, por tonto - y le arrea un tortazo acogido por el público con hilaridad, un bofetón es la mejor manera de conseguir que el otro abra los ojos a la realidad.

Si me aseguran que las cosas van a ir así, me saco una entrada y me planto en Vilafranca. Qué risas.

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