APUNTE

Ya te vale, Deschamps

Deschamps, antes de la rueda de prensa que ofreció en Andorra.

Deschamps, antes de la rueda de prensa que ofreció en Andorra. / AFP / FRANCK FIFE

Albert Guasch

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Didier Deschamps acaba de pedir al entrenador del PSG que dosifique a Kylian Mbappé de cara al Mundial de Catar. "Sé que Christophe Galtier todavía quiere que Kylian juegue. Pero de vez en cuando, necesita poder respirar un poco", sostuvo el seleccionador francés en declaraciones a Telefoot. 

Es fácil imaginar la perplejidad de Galtier y, sobre todo, aunque sea catarí, del presidente del club parisino, el que firmó al delantero una monstruosidad de dinero para no irse al Real Madrid. El 'New York Times' publicó las cifras: 251 millones de euros durante los próximos tres años (esto es, 83 millones anuales) y un bonus por renovar de algo más 125 millones de euros. 

Nada de eso abona la federación francesa, que como todas puede disponer a cambio de calderilla de los futbolistas que pagan los clubs, a menudo más allá del límite de sus cuentas. Se supone que la FIFA logra importantes ingresos por televisión, patrocinios y conceptos variados que podrían ayudar a financiar, proporcionalmente, las fichas de los jugadores que tan alegremente convoca. Pero no es así. No, las federaciones no tienen necesidad de ir buscando palancas por ahí.

Un asunto viejo

El tema es viejuno como el fútbol mismo y los clubs jamás han conseguido unificarse para defenderse de una situación tan injusta como normalizada. Viene a cuento repescar la no controversia por la desfachatez de Deschamps, que empleó a Mbappé los 90 minutos de los dos partidos de Francia de los últimos días. O sea, no le dejó respirar. Y, mirando a casa, por la tanda de lesionados que ha sufrido el Barça en esta ventana de amistosos disfrazados de Liga de Naciones.

Tantos esfuerzos y avales para inscribir a Koundé y a los pocos días, caído en combate internacional. Peor lo de Araujo, su ausencia pinta a larga después de su operación en Finlandia. Es evidente que los primeros interesados en poder disputar un Mundial, incluso el anómalo Mundial catarí de finales de año, son los futbolistas. La ilusión es consabida y comprensible. La cuestión es: ¿cuántos de ellos medirán sus esfuerzos a partir de ahora para evitar lesionarse? A los entrenadores de clubs, a los Xavi, Galtier y demás, les tocará estar vigilantes. Viene un mes intenso. En octubre se avecinan partidos cruciales para sobrevivir en la Champions. ¿Respirar? Ya te vale, Deschamps.

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