Ágora

La movilidad y otros retos de la sostenibilidad

No solo el transporte sino también el diseño de infraestructuras y edificios se tiene que poner al servicio de los habitantes de las ciudades

11--zona-pacificada-de-la-superilla

11--zona-pacificada-de-la-superilla / EDU BAYER / AJUNTAMENT DE BARCELONA

Guim Costa Calsamiglia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Semana Europea de la Movilidad, de la que este 2022 celebramos el vigésimo cumpleaños, es una fecha que se fija en los calendarios de las ciudades y pueblos europeos para hacer hincapié en la necesidad de repensar la movilidad, en un sentido amplio, para trabajar hacia la preservación de nuestro entorno y para repensar cómo explotamos los recursos naturales del planeta.

Esta explotación sostenida a la que hemos sometido a la Tierra, con unos recursos que hemos descubierto que son limitados, ha acontecido en una gran crisis medioambiental y aquellos que ironizaban sobre el cambio climático ven hoy cómo el deshielo en Groenlandia ha logrado cuotas insólitas desde que se graban datos o que ciertos insectos, claves para nuestra supervivencia, están en peligro de extinción. Ciertamente, nos encontramos ante una adversidad evidente, de dimensión global y contra la que a estas alturas la lucha es a contrarreloj.

Aun así, a pesar de que de una manera poco planificada hemos sido capaces de ir agotando los recursos naturales, por suerte, también tenemos una gran capacidad adaptativa. La evolución es prueba de nuestras habilidades y sapiencia, que puestas al servicio de la supervivencia de la especie nos tiene que permitir no solo adaptarnos al medio y a las circunstancias sino trabajar para mitigar las causas que provocan el cambio climático. La globalización, que lamentablemente ha contribuido en gran medida a esta gran crisis, nos permite pero también una lectura positiva, que es la investigación de sinergias que hagan posible adelantos científicos y tecnológicos que, ayudados de políticas públicas comunes, dejen una puerta abierta a la esperanza.

La Semana Europea de la Movilidad tiene que tratar de construir ciudades sostenibles y eficientes energéticamente, diseñadas para mejorar el impacto ambiental mediante la planificación y la gestión urbana. Tiene que tratar también de trabajar e insistir (nunca es suficiente) en la creación de entornos urbanos sostenibles, en los cuales la tecnología nos ayude a proporcionar a los ciudadanos espacios saludables y respetuosos con el entorno.

Así, es imprescindible promover políticas que faciliten la movilidad entre el trabajo y la vivienda, reduciendo el uso del vehículo particular contaminante en favor de vehículos eléctricos -e ir pensando en compartirlos- o transporte público de calidad y adecuadamente dimensionado, combinando todos los sistemas al alcance (ir a pie, bicicleta, vehículo, autobús, tranvía o tren), permitiendo la intermodalidad de la ciudadanía en las ciudades y siendo generadores de un modelo de vida respetuoso con el medio ambiente, cómodo, adaptado al usuario y saludable.

Y no solo el transporte sino también el diseño de infraestructuras y edificios se tiene que poner al servicio de los habitantes de las ciudades, haciéndoles la vida más cómoda, a la vez que respetuosa con el entorno. Tenemos que tener en cuenta que el 60% de la población europea en edad de trabajar (20-64 años) vive en zonas urbanas, según el informe 2021 del Eurostat.

El futuro está en los núcleos de población densos, con un urbanismo de calidad -repensando el tejido urbano existente y planeando con criterio los futuros crecimientos-, incorporando la naturaleza a la ecuación y con unos servicios de proximidad -educación, sanidad, comercio...- saludables y comunicados entre ellos por una red de transporte público eficiente y sostenible.

Barcelona es un ejemplo de transición hacia esta ciudad de proximidad y movilidad sostenible. Un reciente informe de la ONU refiere como muy positiva la intervención pública del Ayuntamiento en el nuevo proyecto de transformación urbana, ya experimentado en el barrio del Born, de Gràcia y en el entorno del mercado de Sant Antoni, y que se extenderá hacia el Eixample, permitiendo recuperar espacio de calidad, seguro y saludable para los vecinos, con la iniciativa de los ejes verdes, que convertirá algunas calles de la ciudad en avenidas pacificadas.

Es muy importante que entendamos que para trabajar hacia la descarbonización de nuestro aire y para la sostenibilidad de nuestra vida sobre el planeta tenemos que hacer esfuerzos y sacrificios. Estamos ante la necesidad de un gran cambio. Y entender la importancia de una movilidad eficiente es un primer paso muy importante. Y que nos tenemos que implicar de una manera activa y generosa.

Suscríbete para seguir leyendo