Lewandowski, la diferencia y la referencia

Ronaldo tuvo un paso breve por el Barça. No recuerdo otro delantero centro del Barça con una potencia tan exuberante como la suya. Las lesiones mermaron sus capacidades pero siguió marcando goles hasta que se retiró. Cuando este domingo se sentó en el palco del Camp Nou como presidente del Valladollid, seguro que supo identificar rápidamente que el club azulgrana había fichado a uno de los suyos: un maestro del oficio del 9. 

Sería pretencioso descubrir ahora a Lewandowski. Hace años que se le caen los goles de los bolsillos, pero quedaba la duda de cómo se adaptaría al juego del Barça, de la actitud que podía tener un jugador que llega a un club cuando ya lo ha ganado todo. Hasta el momento, ha superado las expectativas con ambición, compromiso y voracidad.

Piezas claves

Esto acaba de empezar, pero es innegable que el presidente Laporta, con su arriesgada apuesta, ha cambiado el paso azulgrana. Han llegado piezas claves capaces de ofrecer recursos diferentes a los que tenía esta plantilla. Pero sin desmerecer el resto de refuerzos, la diferencia entre ser un buen equipo o ser el mejor la marca una figura mundial.

Ese jugador que aparece cuando el juego acompaña, pero que también resuelve en los días negros. Y esa es la responsabilidad de Lewandowski, la referencia de este nuevo Barça. Los títulos, a través de su mirada, se ven algo más cerca.

Xavi ha sumado una pieza de rendimiento inmediato en un equipo en plena reconstrucción

Aquellos que no veíamos razonable una inversión de 50 millones por un jugador de 34 años, de momento solo podemos aplaudir: si nos ajustamos al presente más inmediato, la operación es redonda. Otra cosa será lo que pase en el futuro, cuando inevitablemente sea un suplente de lujo con un contrato por encima de su rol, como pasa ahora con Piqué o Alba.

Mientras tanto, Xavi ha sumado una pieza de rendimiento inmediato en plena reconstrucción. No sabemos cuándo va a empezar el declive de un jugador que no puede evitar el paso del tiempo, pero Ronaldo tuvo suficiente con una temporada para dejar una huella imborrable en nuestra memoria.

Suscríbete para seguir leyendo