Obituario

Eliseo Aja, un referente del Derecho Constitucional en Catalunya

Profesor de gran claridad expositiva, un riguroso investigador jurídico de objetos de amplio alcance y trascendencia política y un ciudadano sensible a la realidad del país

ELISEO AJA

ELISEO AJA / RICARD CUGAT

Joan Vintró

Joan Vintró

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El profesor Eliseo Aja, catedrático de Derecho Constitucional de la UB desde 1983, murió el pasado fin de semana a los 76 años. Con su desaparición todos los que nos dedicamos al Derecho Constitucional en Catalunya experimentamos un sentimiento de orfandad y muy especialmente aquellos que hemos sido sus discípulos en la UB. Y esto es así porque durante más de 40 años ha sido un referente insoslayable de esta disciplina aquí y también a nivel español.

Eliseo Aja, nacido en Santander, cursó los estudios de Derecho en Valladolid pero se doctoró en la UB (1976). Su maestro fue el catedrático de Derecho Constitucional Jordi Solé Tura. La huella de su mentor es perceptible como mínimo en tres aspectos. Eliseo Aja fue un profesor de gran claridad expositiva, un riguroso investigador jurídico de objetos de amplio alcance y trascendencia política y un ciudadano sensible a la realidad del país que habló habitualmente en catalán al poco tiempo de residir en Catalunya.

La tarea investigadora de Eliseo Aja como constitucionalista se ha centrado en temas de gran dimensión y de muy acusada proyección política, principalmente el Estado Autonómico y el fenómeno de la inmigración. Los resultados más acabados de estas investigaciones, desarrolladas en buena medida en el marco del Instituto de Derecho Público de Barcelona creado por el mismo profesor ahora desaparecido, son dos obras de títulos muy reveladores: 'Estado Autonómico y Reforma Federal' (2014) e 'Inmigración y Democracia' (2012). Títulos elocuentes, en efecto, puesto que expresan nítidamente las ideas esenciales de su autor: la reforma constitucional como herramienta necesaria para completar los elementos federalizantes del Estado Autonómico y el reconocimiento jurídico efectivo de los derechos fundamentales a las personas inmigradas como elemento consustancial de todo Estado Democrático.

Me referiré aquí brevemente solo al primero de estos dos temas. La tesis de Eliseo Aja, interpretando los datos de los Informes de las Comunidades Autónomas impulsados anualmente por él mismo desde los años 90, es que la Constitución Española necesita una reforma en sentido federal para resolver los problemas de la construcción del Estado Autonómico. Esta reforma tendría que incluir la posición del Senado como Cámara efectiva de representación territorial, la delimitación más precisa del reparto competencial sin excluir elementos de asimetría, la incorporación de las relaciones intergubernamentales, la previsión de las reglas principales de la financiación autonòmica y un reconocimiento más explícito de la pluralidad nacional de España y de sus hechos diferenciales.

No tiene que sorprender que con este pensamiento Eliseo Aja fuera crítico con la reforma estatutaria catalana de 2006 y con el proceso independentista catalán a partir de 2013. Ahora bien, como federalista consecuente, también fue severo con la STC31/2010 sobre el Estatut y se mostró abierto, en la línea de los planteamientos del federalismo canadiense, a la posibilidad de un referéndum acordado en el marco del artículo 92 CE como vía para resolver conflictos políticos que ponen en cuestión la unidad del Estado español.

Como se puede constatar, Eliseo Aja ha sido una persona estimulante por sus ideas y por las iniciativas académicas desplegadas. Quizá en ocasiones era un poco abrupto en las formas, haciendo bueno el tópico de cántabro indómito. Pero por encima de todo destacó por crear foros de debate plurales, por ser respetuoso con todo el mundo, por cuidar con generosidad a sus discípulos y por tener sentido institucional. De este último aspecto puede dar fe sobre todo su etapa de presidente del Consell de Garanties Estatutàries de la Generalitat (2009-2013).

Decía al principio que nos podíamos sentir huérfanos sin la presencia física de Eliseo Aja. Pero en todo caso no nos quedemos en el vacío. Nos deja su obra, con la que seguir dialogando, y su honestidad personal, con la que nos tenemos que ver reflejados.

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