APUNTE

El lenguaje de Sandro Rosell

Sandro Rosell

Sandro Rosell / Joan Cortadellas

Albert Guasch

Albert Guasch

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sandro Rosell tiene un discurso dialéctico muy propio, que se ha mantenido inalterable con el paso de los años y de las vicisitudes vitales que le han tocado en suerte. Juega a decir una cosa y aparentar otra. En lo más sustancial de lo que pregona, hay siempre una adversativa. Se presentará a las elecciones del Ayuntamiento de Barcelona (presumiblemente), pero no entra en política. Votaría a favor de la independencia si hubiera un referéndum, pero si ganara el sí, se marcharía de Catalunya. Agitó una acción de responsabilidad contra la directiva que le precedió en el FC Barcelona, pero a la hora de la verdad votó en blanco. 

Este lenguaje tan característico lo hemos redescubierto con las entrevistas que ha concedido a este diario y a la emisora pública. Algunas ideas viejas las pronuncia como nuevas y algunas reflexiones simples las vende de genialidades. Todas tienen el componente en común del disimulo, del sí pero no, allí la piedra y aquí la mano. Y así se presenta siempre como alguien distinto, que lo es, porque su especialidad siempre ha sido la persuasión de la distancia corta.

El valor

A Rosell cuesta ahora discutirle asuntos de historiografía barcelonista. ¿Que dice que su Barça fue el mejor de la historia? ¿Que Guardiola no se fue por el desgaste con el área presidencial? Debates muy insignificantes después del atropello institucional al que fue sometido. Al fin y al cabo, la conspiración que le llevó y le retuvo en la cárcel, como se ha ido explicando en este diario, resulta demasiado insidiosa.

Quien esto escribe le vio salir de la puerta del juzgado en cuanto se decretó su libertad y abrazarse a sus amigos y su muy agradable familia que le esperaban en un pasillo de la Audiencia Nacional. Una impactante escena de emoción y lágrimas. Pero todo ello, toda la injusticia, la misma cárcel, no le van a librar de los reproches que arrastra desde su etapa presidencial. Solo hizo falta ver los comentarios leídos en redes sociales tras sus entrevistas. Quiera o no llamarle así, se dispone a entrar en política, terreno en el que no se regalan flores. Hace falta mucho valor después de todo lo que ha pasado.

Suscríbete para seguir leyendo