Ágora

Units per Avançar y el pacto entre diferentes

Units per Avançar apostará, una vez más, en las próximas elecciones municipales, por la suma y fortalecimiento del espacio central, no por su fragmentación

Ramon Espadaler

Ramon Espadaler / FERRAN SENDRA

Ramon Espadaler

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Hoy, 19 de junio, hace cinco años que hacíamos pública la Declaración Fundacional de Units per Avançar, en la que se recogen nuestras coordenadas políticas. En el eje nacional somos un partido catalanista y en el eje socioeconómico, un partido humanista de inspiración demócrata cristiana. De nuestra catalanidad deriva la defensa de la realidad nacional de Catalunya en el seno de una España que entendemos plurinacional. No hacemos opción por la independencia, sino que aspiramos a un nuevo marco de relaciones entre Catalunya y España que pasa, entre otros, por el despliegue legislativo de preceptos constitucionales como la existencia de nacionalidades explicitada en la Carta Magna, más que por la su reforma. Aspiramos, asimismo, a un modelo de financiación que se adecue a esta realidad, que se sustente sobre aspectos objetivables como, por ejemplo, la aportación que hace Catalunya al PIB de España, que atienda de forma adecuada las competencias que la Generalitat ha asumido a lo largo de los años y que afronte con rigor y honestidad el déficit endémico de infraestructuras que sufrimos.

Una visión catalanista que defiende nuestra lengua en positivo y huye conscientemente de la confrontación estéril que pretenden los dos polos de nuestro Parlament. Nos preocupa el mal que determinadas visiones independentistas han hecho al uso social de la lengua a través de intentos chapuceros de apropiación. Una actitud que no solo ha expulsado a una parte de la ciudadanía que, no teniendo como propio el catalán se había sumado al consenso lingüístico, sino que también ha dado alas a sectores que ven en el final del llamado 'procés' una oportunidad para desentenderse de la promoción del uso social y el aprendizaje del catalán. Esta es la razón por la que formamos parte del Pacte Nacional per la Llengua y hemos votado a favor de la ley del catalán promovida por un amplio espectro del Parlament.

De nuestra visión humanista se desprende una defensa activa de la igualdad en la dignidad entre todas las personas, cuestión que abarca no solo la defensa en positivo de la vida, sino también una visión humanista de la realidad migratoria. En el plano social, hacemos una defensa enconada del principio de subsidiariedad, entendido no solo como principio regulador de las relaciones entre los diferentes niveles administrativos o gubernamentales, sino también -y sobre todo- como el respeto que los poderes públicos deben tener hacia familias y unidades intermedias. En opinión de Units per Avançar, el Estado o la Administración son subsidiarios de la iniciativa de familias y otros entes intermedios. Hay que dejar respirar a la sociedad y no suplirla. De aquí se desprenden cuestiones tan relevantes como el derecho de las familias a escoger el modelo de educación que quieren para sus hijos, que nos sitúa en las antípodas de aquellas visiones que asignan a la Administración un papel preponderante. Defendemos, asimismo, el indisociable vínculo entre la libertad y la responsabilidad.

Por último, en el plano económico, apostamos por la Economía Social de Mercado, aquella que se puede definir de manera sencilla y entendedora como “tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”. Una concepción que nos aleja tanto de la visión liberal que lo fía todo al mercado, como de la de un Estado planificador de la economía, propia de visiones de una izquierda a superar.

Vienen tiempos difíciles

Es con estas coordenadas y con estos referentes que transitamos por un presente complejo y hacia un futuro incierto. La frustración de una parte importante de la ciudadanía que se siente engañada por las falsas promesas de un nuevo país, se añade a la angustia de una parte no menos importante, que vislumbra el riesgo de ser excluida al menguar su capacidad adquisitiva, como consecuencia de la alineación perfecta de factores negativos como una elevada inflación, el precio de los carburantes y la energía y la falta de materias primas, a raíz de la guerra de Ucrania iniciada cuando todavía no habíamos curado las heridas de la pandemia. Vienen tiempos difíciles que requerirán acuerdos entre opciones políticas de signo distinto al servicio de lo más importante que tenemos: la cohesión social. Con modestia, pero también con convicción, Units per Avançar apostará, una vez más, por el pacto. Así lo hemos hecho en nuestro pasado reciente y así lo haremos en el horizonte de las próximas elecciones municipales, apostando más por la suma y fortalecimiento del espacio central que por su fragmentación.