Artículo de Jordi Puntí

La música no tiene edad

Los festivales de verano se han convertido en el gran evento cultural de nuestro tiempo. Han salvado la música en directo y son masivos centros de negocio

El cantante de The Rolling Stones, Mick Jagger (i), durante el concierto ofrecido este miércoles en el estadio Wanda Metropolitano, en Madrid.

El cantante de The Rolling Stones, Mick Jagger (i), durante el concierto ofrecido este miércoles en el estadio Wanda Metropolitano, en Madrid. / EFE / Juanjo Martín

Jordi Puntí

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En el fin de semana del Primavera Sound, con Barcelona llena de jóvenes turistas que desayunan a las tres de la tarde, una reflexión: los festivales de verano se han convertido en el gran evento cultural de nuestro tiempo. Han salvado la música en directo y son masivos centros de negocio. Mientras viejos festivales como los de Monterrey en 1967, Woodstock en 1969, Harlem en 1969 (vean el documental 'Summer of Soul'), Glastonbury en 1971 o Canet Rock en 1975 trasladaban un componente ideológico de protesta, ahora los grandes festivales funcionan como fenómeno transgeneracional que garantiza la continuidad de la historia musical. Incluso como máquina del tiempo. Así, en el Primavera, entre artistas que acaban de salir del huevo, actúan leyendas como Bauhaus, Kim Gordon, Nick Cave, Mavis Staples o Maria del Mar Bonet.

Esta dinámica sin edad garantiza que los más jóvenes conozcan la tradición de sus padres o de sus abuelos, y entonces incluso parece normal que los Rolling Stones celebren la gira del 60 aniversario, con un Mick Jagger que en la raya de los 80 años ya es bisabuelo y baila como si su cuerpo fuera de plastilina eterna. Y los Stones no son los únicos. Este verano los Beach Boys también giran para celebrar sus 60 años, y los Yes actuarán tocando el disco 'Close to the edge', que tiene medio siglo. Además, se verán en festivales músicos como Steve Winwood, The Christians o Adam Ant.

Me pregunto hacia dónde evoluciona la escena musical en directo. En el pasado, las viejas glorias internacionales se contentaban haciendo temporada en un casino trasnochado de Las Vegas. Un futuro posible lo marcan los ABBA y su nueva gira, en la que sus hologramas actúan y cantan como si todavía vivieran en los años 70. Entre esta versión virtual y las imitaciones de los grupos franquicia, quizá la continuidad la darán los grandes festivales, y así en el Primavera Sound del año 2055 habrá unos viejecitos que se llamarán Rosalía, Mishima o Els Pets, y que actuarán entre jóvenes músicos que hoy todavía no han nacido y quizás fueron concebidos a los ritmos de una canción de los Rolling Stones, grabada cien años antes.

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