Artículo de Sílvia Cóppulo

En nada, el quinto aniversario

Si los partidos independentistas fueran capaces de contar con palabras verdaderas los hechos acaecidos hace cinco años se abrirían las puertas del futuro

referendum 1 O

referendum 1 O / periodico

Sílvia Cóppulo

Sílvia Cóppulo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es deseable, honesto y hasta políticamente imprescindible que el independentismo catalán sea capaz de articular lo que denominamos un relato del 1-0 a las puertas de su quinto aniversario; pero no estoy nada segura de que tenga suficiente altura de miras para hacerlo.

El 1-O de 2017 la población fue a votar un referéndum de independencia unilateral. Lo hizo convencida de que el gran apoyo ciudadano al derecho a decidir y la masiva participación en un acto democrático provocarían la negociación con el Gobierno de Mariano Rajoy. Votamos pensando que el éxito de la votación era la vía por donde se encaminaría el futuro. La población independentista ganó; los políticos independentistas perdieron. Ellos lo pagaron con la cárcel y el exilio. Todos, con la represión. Cinco años después vivimos en una autonomía diezmada por el ojo avizor del Estado. El catalán recula. Las simpatías por lo catalán, también. El error: no haber calculado que la esencia del imperio se sintetiza en el grito de “a por ellos”. Los textos legales que articulan el Estado acompañan a esas tres palabras, como las patatas fritas al bistec. Simplemente. Y ahora, visto lo vivido, hay que admitir que el 1‑O acabó siendo un acto de desobediencia pacífico y democrático, bien organizado y articulado –la policía española no descubrió ni una sola urna–, reprimido con una violencia vergonzante por el Gobierno del PP. Pero no ha dado lugar a ningún mandato democrático. ¿Instaurar la república catalana, dicen? En la llamada mesa de negociación no hay ni cubiertos, porque nadie cree que hoy por hoy se vaya a servir ningún plato político. El PSOE mira a la luna y sonríe. Esquerra tapa la desnudez política con el suntuoso traje del “como si”, y los ‘junteros’ ni siquiera están.

Si los partidos independentistas fueran capaces de contar con palabras verdaderas los hechos acaecidos hace cinco años, sin confundir realidad con deseo, se abrirían, más grandes, las puertas del futuro. Sería un primer paso para una estrategia común. A Catalunya le conviene. A la independencia, también.

Suscríbete para seguir leyendo