Pros y contras | Artículo de Emma Riverola

Ucrania: Desgarros en la piel

Hay que ver esas fotografías de la barbarie en Bucha. Mirarlas para sentir el horror de esa invasión. Para compartir, aunque sea en una ínfima parte, el dolor de las víctimas

Bodies lie on a street in Bucha, northwest of Kyiv, as Ukraine says Russian forces are making a "rapid retreat" from northern areas around Kyiv and the city of Chernigiv, on April 2, 2022. - The bodies of at least 20 men in civilian clothes were found lying in a single street Saturday after Ukrainian forces retook the town of Bucha near Kyiv from Russian troops, AFP journalists said. Russian forces withdrew from several towns near Kyiv in recent days after Moscow's bid to encircle the capital failed, with Ukraine declaring that Bucha had been "liberated". (Photo by RONALDO SCHEMIDT / AFP)

Bodies lie on a street in Bucha, northwest of Kyiv, as Ukraine says Russian forces are making a "rapid retreat" from northern areas around Kyiv and the city of Chernigiv, on April 2, 2022. - The bodies of at least 20 men in civilian clothes were found lying in a single street Saturday after Ukrainian forces retook the town of Bucha near Kyiv from Russian troops, AFP journalists said. Russian forces withdrew from several towns near Kyiv in recent days after Moscow's bid to encircle the capital failed, with Ukraine declaring that Bucha had been "liberated". (Photo by RONALDO SCHEMIDT / AFP) / RONALDO SCHEMIDT / AFP

Emma Riverola

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El repliegue de las tropas rusas desnuda la atrocidad de la guerra. Ante nuestros ojos, las imágenes de la barbarie en Bucha. Cadáveres y más cadáveres. Los afortunados, solo asesinados. Sin torturas previas. Y duele hasta escribirlo. “Lo que no deja de ser llamativo”, comenta Ricardo Mir de Francia, enviado especial a Ucrania de EL PERIÓDICO, “es que el Kremlin no haya tratado de ocultar los apabullantes indicios de crímenes de guerra”. Quizá un mensaje macabro a los ucranianos o los restos de una retirada en desbandada, apunta el periodista.  

Hay que ver esas fotografías, dicta el corazón. Mirarlas para sentir el horror de esa invasión. Para compartir, aunque sea en una ínfima parte, el dolor de las víctimas. Y ahí, en ese justo instante, algo ocurre. ¡Espera!, grita la razón. No lo hagas. No arrojes esas imágenes al álbum de la impotencia. Como si la lona que cubre un cadáver se convirtiera en una frontera impenetrable. La batalla contra la indiferencia la libramos cada día. La hemos perdido en muchas guerras. Cuando se desbarata el equilibrio entre la imagen que nos interpela y la saturación que nos aleja. No empuñamos armas, pero podemos tratar de resistir. Que la mirada siga desgarrándonos la piel. 

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