Artículo de Mónica Vázquez

Batman, por fin

Robert Pattinson es un tío muy talentoso y Zoe Kravitz es la mejor Catwoman hasta la fecha

Un fotograma de 'The Batman'.

Un fotograma de 'The Batman'. / EFE

Mónica Vázquez

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- Pues a mí no me gustó, qué quieres que te diga. 

Me quedo congelada en el sitio. ¿Cómo que no te gustó?, quiero contestar, pero me retuerzo en el asiento, devolviéndole la mirada a ese amigo de toda la vida que nunca adiviné tan distinto a mí. ¿Cómo que qué quiero que me digas? Quiero que me digas que te encantó 'The Batman', que Robert Pattinson es un tío muy talentoso y que Zoe Kravitz es la mejor Catwoman hasta la fecha. Quiero que me digas que te ha parecido fascinante este cambio de paradigma, esta vuelta de tuerca en la que al fin podemos ver al Batman más inteligente, mordaz y entregado. El director, Matt Reeves, nos trae a la pantalla la versión de Batman más cercana a los cómics. Por fin vemos al Batman detective, increíblemente inteligente y obsesionado con encontrar respuestas, a cualquier precio. ¿Cómo no obsesionarse con este personaje? Me burbujean en la cabeza las infinitas posibilidades que esta nueva forma de desarrollar el mundo de Gotham puede traernos a las pantallas, las horas de deleite que nos puede ofrecer este nuevo 'Sherlock alado', pero en vez de decirle todo eso solo me sale un tímido “¿Qué?”. Mi amigo frunce el ceño y decide entrar en harina, criticando la longitud de la película, la extraña iluminación, el aire 'emo' que el director le ha otorgado a su superhéroe favorito, y lo estática que se le ha hecho la interpretación de Pattinson. La máscara de Catwoman. Su extraña relación.

- ¿Y ese final?

Sopeso la idea de no decir nada… Pero acabamos de pedir otra caña, así que no hay escapatoria posible: sinceridad al abordaje. Sálvese quien pueda. 

Porque, le pese a quien le pese, Robert Pattinson es el mejor Batman. Sus emociones son crudas y sencillas, no le hace falta hacerse el héroe torturado: sabe que no lo es, y que el dolor es intrínseco al ser humano. Su forma de luchar es real, torpe a veces, insuficiente en algunos casos, y la tecnología de la que dispone responde a la lógica y las leyes naturales de la física. En la película de Reeves, Gotham no es una caricatura de una ciudad sino que adquiere más personalidad que nunca, siendo el hilo conductor de una realidad de la que nos podemos imaginar parte. El aire sombrío, la fotografía dramática, las escenas rococó que deberían sobrarnos otorgan al universo de Batman de una textura concreta, una paleta de emociones enmarcadas en una estética que es más un idioma que una herramienta visual. El 'mensaje' de lo que significa vivir en Gotham queda maravillosamente integrado en la acción, gracias a un exquisito trabajo de dirección, vestuario, maquillaje, iluminación, fotografía, sonido… todo encaja a la perfección para construir un universo que, por primera vez en la franquicia de Batman, podemos imaginar más allá de la trillada trilogía de Bruce Wayne. Esta es la película que podría abrir las puertas de Gotham al mundo, explorando a los villanos más allá de su interacción con Batman, llevándonos de la mano por la historia de la creación de la ciudad más gótica y 'emo' de la historia de la ficción. Y qué queréis que os diga, ya era hora. 

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