Pros y contras

Memoria, archivos, cultura en el 'Diccionario Boadas'

Bajo la apariencia de un trabajo técnico, la obra de Joan Boadas se convierte en un apasionado elogio de la civilización

Información secular 8 Sala de la Casa de l'Ardiaca, junto a la catedral, que acoge el Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona desde hace un siglo.

Información secular 8 Sala de la Casa de l'Ardiaca, junto a la catedral, que acoge el Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona desde hace un siglo.

Josep Maria Fonalleras

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W.H. Auden decía que se llevaría un diccionario a una isla desierta, porque es "fuente de infinitas lecturas". Quizás no elegiría el 'Diccionario Boadas', una recopilación de 105 entradas sobre archivística escrito por Joan Boadas, porque no se trata de un volumen que pretenda contemplar la totalidad de un mundo, sino que es una aproximación personal a determinados aspectos de la profesión de archivero, aquellas personas “que se interesan por el futuro”. Pero Auden haría bien en echarle un vistazo porque bajo la apariencia de un trabajo técnico se esconde un vademécum que va más allá de la jerga y se convierte en un apasionado elogio de la cultura y la civilización, de la memoria y la continuidad. Repleto de bombas de sentido que detonan en la mente del lector, espigando aquí y allá conceptos como el de conservación, herencia, constancia y convicción, Boadas habla de las cualidades que debe tener el documento preservado. Debe ser auténtico, fiable, íntegro y usable. Hacía tiempo que no leía una definición tan aséptica, tan cierta, sobre la verdad. "Los desmemoriados", decía Joan Fuster, "siempre tienen la conciencia tranquila". Con este 'Diccionario' aprendemos la intranquilidad, es decir, la cultura.

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