Golpe franco

Pedri reinventa la ley de la unanimidad

Pedri celebra su gol durante el partido de liga entre el RCD Espanyol y el FC Barcelona.

Pedri celebra su gol durante el partido de liga entre el RCD Espanyol y el FC Barcelona. / Jordi Cotrina

Juan Cruz

Juan Cruz

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Que el dios de Tegueste bendiga a este muchacho de 18 años que ha venido al Barça a reinventar un talismán que a veces ha disfrutado el equipo que fundó Joan Gamper. En mi tiempo de vida como hijo de ese embrujo que tuvo a Kubala y a Luis Suárez, como sumos sacerdotes a los que nubló la derrota de Berna, eran estos dos genios tranquilos los que concitaban tal entusiasmo que hasta las derrotas eran en su historia episodios épicos que luego recordaríamos como recordamos el preciso gol de Evaristo en la semifinal que tuvo como víctima al Real Madrid.

Luego vinieron otros casos de unanimidad (¡Cruyff, nada menos!) en torno a resplandores que forman fila en el equipo que este último jueves le dio a la afición la sensación de que ya era historia aquella cuesta abajo que comenzó en el terremoto de Lisboa. Un amigo barcelonista más viejo me dijo: «A ver ha sido un espejismo». En los últimos tiempos hemos tenido muchos espejismos, pero lo cierto es que los necesitamos para sentir que se acabó esta vuelta al ruedo del abismo que vivimos desde antes de que se fuera Messi.

Messi, por cierto, fue, tras Kubala y Suárez y Cruyff, el más ilustre futbolista de la unanimidad. Criado en la Masía, admirado desde chico como un fuera de serie, representó un modo de jugar que se acompasó con otras unanimidades sucesivas hechas para vestir de azulgrana. Iniesta, Xavi… La batuta de Guardiola, tan distinta a aquella que utilizó Helenio Herrera, hizo de aquella conjunción de jugadores, con Puyol y con otras estrellas que completaron un firmamento de momento irrepetible, un equipo armónico, una estética que ahora parece que fue un sueño. Ahí estaba la unanimidad en persona, Lionel Messi, que prolongó en el Barça la sensación de que la vida era eterna. No lo fue, pero en el sueño, es decir, en la parte de sueño que tiene la memoria, ese Barça es imborrable, así que la gente cree que se levantará de la pesadilla y, quizá en verano, volverá a ver a Messi vestido de azulgrana. Sueños de verano.

El hijo de Fernando González

Pero ya tenemos aquí otro motivo de unanimidad, la que desata Pedri, hijo de Fernando González, que lo vio crecer enseñándole las fotografías azulgranas que adornan su buen mesón de Tegueste. Como un resplandor adolescente que se mantiene ya como un hombre hecho y derecho, ha concitado, por ejemplo, este elogio escrito por Jorge Valdano en su columna de El País, partiendo de la memoria del propio Xavi Hernández: «Xavi nos dice que Pedri, más pulga que Messi, es el mejor. Seguramente porque reconoce en Pedri al jugador que fue él: uno que conoce la ciencia de un juego en el que hay que mover el balón con una inteligencia ajedrecística y astuta. Pedri está siempre donde debe (…) La ventaja de nacer sabiendo». 

Lo dicen Xavi y Valdano, ¿se puede pedir más para declarar unánime ese elogio que el talismán de Tegueste se merece? Ya no es un espejismo, es el puntal de un Barça nuevo que ojalá sea algún día como el de los mejores tiempos.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS