GOLPE FRANCO

Volvió el Barça

Xavi Hernández y su hermano Óscar protestando tras la expulsión de Alves

Xavi Hernández y su hermano Óscar protestando tras la expulsión de Alves / JORDI COTRINA

Juan Cruz

Juan Cruz

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Pudo pasar cualquier cosa. Y pasó la alegría. Una lección de jóvenes entreverados de veteranos, jugando contra corriente, asustados por los fracasos del pasado, dirigidos desde el banquillo por uno que aún es como ellos, afrontando el partido más simbólico de este tiempo, pues el Atlético es como una piedra de toque, una amenaza para el débil equilibrio azulgrana. El espanto fue el gol de Atlético, Luis Suárez acechando para que la historia lo reivindicara (y con razón) ante un graderío que lo tiene en la buena memoria. Uf, era una jornada dura como un golpe franco.

Pudo pasar cualquier cosa. Y pasó la alegría. Volvió el Barça, ahí está. Humillado en las fases recientes de la vida, sacando del campo las cenizas para convertirlas, de momento, en plata. Hubo incertidumbre, pies temblando, una segunda parte oscura como un deseo truncado. Pero hubo alegría. Esa primera parte del nuevo ensayo de Xavi hay que guardarla como parte del escudo. Una reacción dinámica, enérgica, con la que el Barça remontó un agujero atlético, le dio al equipo primero el empate y luego la gloria.

Volvió la vieja pasión de combinar, esa manera de ser que convivió en la historia con nombres propios entre los cuales tenía firma destacada el actual entrenador. Para que los símbolos fueran simétricos, hubo ese gol de Alves que hizo cantar en el campo el nombre propio de una leyenda. Parecía que la vida recomenzaba, como si volviera a vivir la grada sueños que ya se habían perdido.

Vi el partido como si me estuviera examinando de culé, escribiendo para un diario que fundó aquel Antonio Franco que deletreó aquí las esperanzas del Barça y de su Elche, viniendo del magisterio de grandes como Alfredo Relaño y Vicente Jiménez, que me dirigieron en As. Ahora en Barcelona y celebrando una victoria bella del equipo de mi infancia azulgrana.

Por todo lo que queda dicho, déjenme que utilice esa metáfora en la columna, Golpe franco, pues Franco se apellidó nuestro maestro, y espero que estos golpes que me deje dar el Periódico de Catalunya puedan asociarse a glorias que nos hagan brindar por aquel Bigatá de leyenda cuya vida fue ejemplo de periodismo... y de alegría.

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