Lo mejor de mi semana

Pequeñas variantes

La gente no cambia, solo lo logran cambiando algunas de las seis personas más cercanas que tienen

Rigoberta Bandini y su séquito en el Benidorm Fest

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Albert Espinosa

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Artículo 748. El otro día, hablando con mi vecino de 90 años, me dijo algo muy interesante. Ambos tenemos la sensación de que esta pandemia se está acabando, se huelen los últimos coletazos y pronto volveremos por fin a esa normalidad de mediados de 2019.

Mi inteligente vecino me comentó que era curioso que este virus mutara tanto y dijo algo muy interesante: “Las personas en este mundo casi no cambian aunque vivan 100 años y este virus no para de encontrar la forma de mutar sin parar”.

Y luego añadió algo sobre los cambios de las personas que me entusiasmó… Casi os lo cuento después de lo mejor de la semana.

Tercer puesto. ‘El último duelo’, escrita por Nicole Holofcener, Matt Damon y Ben Affleck (Disney +). Muy interesante film que te lleva a esa época en que la búsqueda de la justicia exigía dejar tu propia vida en manos del que te había infligido la ofensa. Una de esas películas que según pasen los años encontrará su lugar.

Segundo lugar. ‘Ay Mamá’. Esta bella canción de Rigoberta Bandini logra algo único en tu esófago, te encuentras tarareándola a pleno pulmón en cualquier sitio. Se convertirá en un clamor perfecto para ocasiones muy especiales.

Primera posición. ‘Las tres puertas’ (La 1). María Casado y su equipo lograron crear uno de esos programas maravillosos donde la palabra se convierte en el arma perfecta para tocar el alma. Maravillosamente creado y cada detalle está pensado con un ternura increíble.

Y volviendo a mi vecino, él me dijo que con los años ha descubierto que la gente no cambia, solo lo logran cambiando algunas de las seis personas más cercanas que tienen. Me relató que durante su vida ha intentado ir cambiando cada 10 años una de esas seis personas que tenía en su círculo más cercano, porque de esta manera lograba siempre tener leves variaciones en su personalidad.

No hay duda de que quizá no nos diferenciamos tanto del virus, ambos modificamos ese entorno que poseemos para sobrevivir, pequeñas variantes de nosotros mismos. ¡Feliz domingo!

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