Tribuna

Reforma laboral: contenido o continente

El relato político de corto plazo oculta las materias importantes en las que se ha llegado a acuerdo, como la lucha contra la precariedad, los salarios bajos y las temporalidades de la contratación

Manifestación de CCOO y UGT para exigir mejores sueldos

Manifestación de CCOO y UGT para exigir mejores sueldos / JORDI OTIX

Camil Ros

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Como ocurre demasiado a menudo en la política, la mayoría de debates se atascan en el relato corto político, el tiqui-taca político. Pierden la perspectiva de las cosas, y sobre todo de para qué deben servir las políticas. Ya nos ocurrió con el debate de Presupuestos, tanto los del Estado como los de Catalunya. Fue una eterna discusión hasta el último minuto de partido: la enmienda o no a la totalidad de los Presupuestos, la ausencia de debate de contenidos en ambos casos, qué partidas eran necesarias para revertir progresivamente las políticas de recortes del PP y CiU...

En el debate de la reforma laboral nos está ocurriendo lo mismo: nadie habla de los contenidos, todo el mundo del continente. Hacen grandes análisis y grandes estrategias conspiranoicas, o el debate estéril sobre la legitimidad del diálogo social versus la legitimidad parlamentaria, o estas purezas sobrevenidas que quieren todo. Así podemos quedarnos sin nada. Debates que cada día que pasa se envenenan más, a riesgo de acabar mal.

Por no hacer lo que critico, hablaré más del contenido que del continente. El acuerdo de reforma laboral es cierto que no deroga totalmente las reformas del PP y PSOE, por eso decimos que no es el fin de nada: lo que se ha negociado es lo que ha estado sobre la mesa; en el resto de temas no se ha renunciado a mejora alguna. Continuaremos reivindicando y negociando hasta conseguirlo. El intento de hablar solo de lo que falta tapa las materias importantes en las que se ha llegado a acuerdo, como la lucha contra la precariedad, los salarios bajos (especialmente de las empresas multiservicio) y las temporalidades de la contratación, que no es poco.

Salarios

8.082 euros es lo que ganará de más al año a una persona que trabaje en el sector de transporte de mercancías en la provincia de Barcelona para una empresa multiservicio. Pasará de 13.980 a 22.062 euros y, si hablamos del sector del metal, el incremento será de más de 9.000 euros. Solo con este ejemplo sería suficiente para votar a favor.

Las reformas laborales se utilizaron para aplicar una devaluación salarial sin precedentes de las que todavía hoy no nos hemos recuperado. Una de las herramientas clave de esta devaluación fue la prioridad aplicativa del convenio de empresa por el de sector, que redujo salarios no solo en el sector de la hostelería (casos conocidos como el de las kellys), sino también de una forma muy importante en la industria, la logística, el transporte de mercancías y en la contratación pública de servicios. Así, la prioridad aplicativa en salario y jornada queda derogada.

Modelos de contrato

La barra libre de los contratos de trabajo ha terminado. Hasta ahora, las empresas mayoritariamente cogían los contratos lo más precarios y temporales posible: contratos por días o semanas, o el de obra o servicio determinado, no puntual, sino permanente. A partir de ahora, el contrato por definición será el indefinido. Solo será temporal si está muy bien justificado por causas de producción o cubrir bajas. Este giro en la contratación es clave para reducir la precariedad y temporalidad, especialmente de los jóvenes.

En contratación también existe otro gran cambio, los contratos de formación y prácticas serán para aprender y no como hasta ahora, que eran una herramienta más de precariedad laboral. Se definen las diversas formaciones, de prácticas, de formación dual, prácticas universitarias, entre otras. Estos contratos deben ser una herramienta de entrada en el mercado de trabajo para los jóvenes y no una herramienta de expulsión del mercado.

Los ertes

Damos estabilidad a la política de ertes. A partir de ahora, no será necesario estar pendiente de si se renueva o no el acuerdo de erte, se le da la estabilidad de la ley. ¿Imaginan por un momento esta crisis económica sin los ertes y su cobertura social? La destrucción de empleo habría sido brutal, como ocurrió en la anterior crisis, en que los despidos individuales y los eres fueron la norma habitual.

Por tanto, el acuerdo no solo tiene medidas que afectan a los salarios más bajos y la contratación temporal y precaria, que solo por eso ya sería importante. Tiene, también, elementos estructurales que nos dan mejores herramientas para gestionar las crisis económicas que sufrimos en estos momentos: crisis sanitaria, de demanda, energética, climática... Seguro que nos faltan otras, como que las causas objetivas sean objetivas, pero es necesario dar centralidad a la negociación colectiva sectorial y al diálogo social como herramientas clave para el progreso económico y social.

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