Atentado del 17-A

El 'susto' es verosímil

Aún resuena en nuestra cabeza aquello de “la fiscalía te lo afina” del ministro de Interior Fernández Díaz, para destruir la carrera de los políticos independentistas

El comisario jubilado José Manuel Villarejo.

El comisario jubilado José Manuel Villarejo. / EFE

Sílvia Cóppulo

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El 'susto' del excomisario José Manuel Villarejo no es que sea verdad o mentira, es que resulta verosímil

Se trataba, dice, ante la Audiencia Nacional de crear un comando “ficticio” para asustar a Catalunya dos meses antes del referéndum del 1-O; pero al exjefe del CNI, Félix Sanz Roldán, se le fue de las manos. El resultado, 16 personas muertas y centenares de víctimas en los atentados de Barcelona y Cambrils. 

Quien fue un agente encubierto de Interior se identifica con las cloacas del Estado, pero ¿cómo se puede no otorgarle ninguna credibilidad, añadiendo que las insinuaciones no tienen base alguna, como afirma, enfadada, la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera? ¿Le corresponde a ella emitir ese juicio? 

Quien en ese momento era el conseller de Interior, Joaquim Forn, pide a la fiscalía que intervenga. Y añade que si la fiscalía creyó que su deber era actuar porque el president Quim Torra descolgó tarde una pancarta colgada en el edificio de la Generalitat, que pedía la libertad para los presos, ¿cómo va a inhibirse ahora, frente a lo peor que hemos vivido recientemente? 

¿Por qué son verosímiles las declaraciones de Villarejo? Porque aún resuena en nuestra cabeza aquello de “la fiscalía te lo afina” del ministro de Interior Fernández Díaz, para destruir la carrera de los políticos independentistas. Porque la policía española golpeó sin freno a los votantes del 1-O. Porque las sentencias fueron un escarmiento. Porque el juez Llarena sigue en su sino contra la justicia europea para detener a Puigdemont… y, en concreto, porque las dudas sobre la figura más controvertida de los atentados, Abdelbaki es-Satty, el imán de Ripoll, se mantienen. ¿Cómo pudo organizar los atentados si los cuerpos policiales le tenían controlado? Los miembros del CNI que admiten que le visitaron cuando estaba encarcelado en Castellón por tráfico de drogas, ¿le habían pedido que entrara en su red de informadores?

Que comparezca el presidente del Gobierno, que se apruebe la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados. Que se sepa la verdad y, señores políticos, por favor, absténganse esta vez de tirarse nuestros muertos a la cara. 

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