Pros y contras

Integridad

Que la patraña de Villarejo sobre el 17-A excite a los amantes del delirio tiene sentido, que las dos personas con más alto cargo institucional en Catalunya le den pábulo es deprimente

Villarejo: el CNI no pretendía un atentado, pero se le "fue de las manos"

Villarejo: el CNI no pretendía un atentado, pero se le "fue de las manos"

Emma Riverola

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Cloaca contra cloaca. Villarejo, ese megalómano corrupto, sigue repartiendo excrecencias. Ahora ha responsabilizado del 17-A al exdirector del CNI, Sanz Roldán (su gran enemigo), por “calcular mal las cosas para darle un pequeño susto a Catalunya”. No aporta ni una prueba. Ni falta que hace. Villarejo sí calcula con precisión. Sabe que la teoría de la conspiración del 17-A es material inflamable en Catalunya. Así lo ha querido cierto sector del independentismo, a pesar de que todas las investigaciones de los Mossos desmontan el bulo macabro. 

Que la patraña del excomisario excite a los amantes del delirio tiene sentido, que las dos personas con más alto cargo institucional en Catalunya -Laura Borràs y Pere Aragonès- le den pábulo es deprimente. Lúgubre. Lo peor es que ni siquiera parecen creíbles en sus intenciones, más bien delatan una urgencia táctica por bailar al ritmo de Villarejo. Que el vómito del excomisario haya coincidido con la purga en los Mossos da alguna pista. Ya se sabe, aquello de señalar la cloaca ajena para que no se huela la fetidez de la propia. Mientras, se multiplican las desafecciones. A España, al Govern, a la política, a las instituciones… Bastaría con un poco de integridad. 

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