ÉXITOS DEL PASADO

Bartomeu hace llorar a Laporta

alexia putellas joan laporta y pedri con los balones de oro

alexia putellas joan laporta y pedri con los balones de oro / FC Barcelona

Emilio Pérez de Rozas

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Voy a escribir una barbaridad, pero como soy ‘el hereje’ (casi) me lo puedo permitir. Hubiese estado bien, muy bien, hubiera significado un gesto limpio, digno, señorial, de educación, reconocimiento y hubiese aumentado (perdón, recuperado) la credibilidad de la ‘nueva era’, que alguien, el que fuese, desde luego no el asesor Enric Masip, que solo fue a París a lucir palmito (alto y corpulento es, desde luego) y alimentar las redes sociales contando que estaba allí, cuando todo el mundo sabe que es uno de los habitantes del camarote, hubiera reconocido que tanta felicidad, lágrimas, imagen y triunfos se los debían (en parte) a la desnortada junta de Josep María Bartomeu, que alguna cosa hizo bien.

No digo, no, que hubieran utilizado el Théâtre du Châtelet a la manera que utilizaron el Auditorium 1899 del Camp Nou para denunciar “la nefasta e improvisada gestión” de Bartomeu y hubieran dando las gracias, quien fuese, por estar recogiendo los éxitos en los que ellos, desde Joan Laporta a Enric Masip, no han tenido nada que ver. No digo tanto.

Basta que alguien, repito, el señor de los números, que verá aumentados los ingresos tras quedar reforzada la imagen del club, alguien de la secretaria técnica, que podrá sacar pecho con tantos galardones y hasta el mismísimo presidente Laporta, hubiese dicho “esta noche mágica también se la debemos a los anteriores mandatarios”.

¿Quién es Oshoala?

Pero no ocurrió, como tampoco se dio el abrazo entre Laporta y Leo Messi, lo que demuestra lo que todo el mundo intuyó desde el inicio: que en la salida del siete veces Balón de Oro hubo truco. Y jamás lo sabremos, porque Leo quiere volver. Y es que ese 75% del séptimo oro es también del Barça, fruto de aquel burofax que Bartomeu tiró a la basura y, quién sabe, igual aún se arrepiente. Como suyo es el fichaje y el debut de Pedri, de la mano del despedido Ronald Koeman. Y ya no digamos el triunfo, el triplete, del equipo femenino, del que Laporta lo ignoraba todo, todo, hasta que Asisat Oshoala, Andrea Pereira y Leila Ouahabi eran jugadoras del Barça cuando TV-3, en campaña, le preguntó a cuál de ellas ficharía.

Es evidente que Laporta se ha encontrado un club desquiciado y endeudado hasta las cejas. Es evidente que se ha tenido que poner en manos de los avalistas, tipo José Elías o Eduard Romeu, que cuando salen en la radio hablan como si el club fuese suyo, pero no es menos cierto que la gala del lunes, la euforia (justificadísima) y las lágrimas (reconocidas) se las deben a los anteriores gestiones.

Del mismo modo, no nos engañemos, que el proyecto deportivo que está en marcha en el Camp Nou es el proyecto que lideraba Víctor Font. Y de esa manera tan chula y feliz, sin perder jamás la sonrisa, surfea Laporta por las aguas turbulentas del barcelonismo. Mientras, Masip lo cuenta en su móvil.

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