Pros y contras

El sorprendente redescubrimiento de los apuntes a mano

Es fascinante comprobar cómo lo que hace unos años era normal, cotidiano e inexcusable ahora se plantea como una alternativa casi pedestre e insólita, pero útil

Una clase del grado de educación primaria en inglés de la UAB.

Una clase del grado de educación primaria en inglés de la UAB.

Josep Maria Fonalleras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace unas semanas, la Universidad Autónoma de Barcelona sufrió un ataque informático del que se va recuperando con lentitud. Parece que la normalidad no volverá a la UAB hasta finales de año porque la herida no cicatriza y porque el daño ocasionado es de tal magnitud que reclama un período de reconstrucción de la epidermis técnica, una detallada revisión de las redes internas y una considerable elevación del umbral de protección de caras al futuro. Parece ser, según he leído, que “los estudiantes pueden optar por tomar apuntes a mano”. Es fascinante comprobar cómo lo que hace unos años era normal, cotidiano e inexcusable (porque no había más posibilidades al alcance) ahora se plantea como una alternativa casi pedestre e insólita, pero útil. Si paseas por cualquier aula de cualquier universidad del país verás que todos los estudiantes (o casi todos, ahora no querría herir las sensibilidades de los artesanos) toman las notas de clase con el ordenador. Es seguro que son más legibles que antes (si no eras experto en escritura jeroglífica no podías descifrarlas), pero también lo es que han perdido el detalle del texto reseguido y remarcado, el alma de la clase acentuada con el trazo de la mano.

Suscríbete para seguir leyendo