Los galardones a la excelencia

Los Nobel de 2021 como síntoma

En conjunto, han sido premiados descubrimientos que requieren una investigación de gran complejidad y que abren puertas al conocimiento del mundo y a buscar respuestas a problemas que nos interesan, como el cambio climático o el diseño de fármacos

Retrato del científico Giorgio Parisi, nuevo Nobel de Física

Retrato del científico Giorgio Parisi, nuevo Nobel de Física / EFE / MASSIMO PERCOSSI

Pere Puigdomènech

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Han sido proclamados los premios Nobel de Medicina o Fisiología, de Física y de Química. Han sido otorgados a investigadores que han llevado a cabo un conjunto muy destacable de descubrimientos y que demuestran la vitalidad y la utilidad de los descubrimientos científicos más significativos. Es interesante también que los ganadores estén trabajando en Estados Unidos, pero que la participación europea se mantenga. Por otra parte, se ha roto la tendencia a premiar a investigadoras y este año han sido solo hombres. Todo ello nos demuestra que la ciencia no es ajena a las tendencias y contradicciones del mundo en el que vivimos.

El premio Nobel de Medicina o Fisiología ha sido otorgado a dos investigadores, David Julius y Ardem Patapoutian, que han hecho su trabajo en Estados Unidos y actualmente trabajan en California a pesar de que Patapoutian es de origen libanés. El trabajo de los dos ha permitido entender cómo el cuerpo tiene la capacidad de sentir que un objeto está caliente o frío o que hay una presión que se está estableciendo sobre nuestra piel. Se trata de mecanismos muy interesantes que en el caso de la temperatura han sido descubiertos utilizando la sustancia que produce el sabor picante (caliente en inglés) en el pimiento o la sensación de frescura del mentol. La sensación de calor intenso produce dolor y estos resultados se están utilizando para encontrar nuevas sustancias analgésicas.

Los premios Nobel de Física han sido otorgados a investigadores que han desarrollado modelos matemáticos para describir sistemas complejos como es el caso del cambio climático. Son herramientas esenciales para entender y predecir los efectos de estos cambios que preocupan. Se trata de Syukuro Manabe, un investigador japonés que trabaja en Estados Unidos, el alemán Klaus Hasselmann y el italiano Giorgio Parisi. Los dos europeos trabajan en sus países respectivos. También este es el caso de uno de los galardonados por el premio Nobel de Química, Benjamin List, que comparte con un inglés, David MacMillan, que trabaja en Estados Unidos. En este caso, el descubrimiento es el de un método, basado en cómo funcionan las proteínas en el entorno biológico, para acelerar reacciones químicas orgánicas que tienen interés para diseñar fármacos.

Los descubrimientos premiados demuestran algunas tendencias actuales de la ciencia. Van dirigidas a entender cómo los animales sienten y cómo alertan del peligro de una alta temperatura o una gran presión, van dirigidos a diseñar modelos de gran complejidad para analizar el cambio climático o métodos sencillos para facilitar el acceso a nuevas moléculas de uso farmacéutico. De los siete galardonados seis han nacido fuera de los Estados Unidos, donde trabajan cuatro de ellos, y dos son alemanes que trabajan en uno de los Institutos Max-Planck, sistema creado en Alemania para retener y favorecer el trabajo de sus mejores investigadores. Puede sorprender también que se valore el trabajo de un físico italiano que ha hecho el trabajo en su país en un momento en que la ciencia no pasa un buen momento. Pero esto sería ignorar la gran tradición de la ciencia en Italia (no hay que remontarse a Galileo), que no pueden destruir por completo las políticas que el país ha sufrido durante años.

En conjunto, han sido premiados descubrimientos que requieren una investigación de gran complejidad, pero que nos abren puertas al conocimiento del mundo y a buscar respuestas a problemas que nos interesan, como el cambio climático o el diseño de fármacos. Es significativo que países de gran tradición en la ciencia europea como Alemania e Italia estén en la lista, y también, sin duda, Estados Unidos, donde sus instituciones saben favorecer el trabajo de personas de talento vengan de Japón, del Líbano o de donde sea. Queda la sensación de que, como siempre, se premia a los jefes de grupos de investigación que son numerosos dejando fuera a gente, quizá los más jóvenes, que deben haber sido esenciales para estos trabajos. Y quizá también falta la presencia de mujeres que aún no tienen el peso y el reconocimiento que deben tener. Corregir estas carencias es una tarea para todo el sistema de la investigación científica en todo el mundo. Los Nobel de 2021 por un lado nos muestran sus limitaciones, aunque por otra parte sirven para ir celebrando la investigación de excelencia en todo el mundo.

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