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Nómadas digitales: ¿turistas o profesionales emergentes?

Diferentes países europeos han creado nuevos visados para atraer a estos profesionales digitales

XAVIA   ALICANTE 10 7 2020  Sociedad  Teletrabajo en la playa   Maria Vanacloig teletrabaja desde su casa en la playa de Xavia FOTO MIGUEL LORENZO

XAVIA ALICANTE 10 7 2020 Sociedad Teletrabajo en la playa Maria Vanacloig teletrabaja desde su casa en la playa de Xavia FOTO MIGUEL LORENZO / Miguel Lorenzo

Carmina Crusafon

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Durante los primeros meses de la pandemia los nómadas digitales fueron protagonistas de numerosas noticias. Estos profesionales trabajan de forma remota desde cualquier lugar del mundo. Se han convertido en un colectivo muy atractivo para gobiernos y ciudades. De ahí que sea un buen momento para analizar quiénes son realmente, si deben ser considerados como un nuevo tipo de turistas o más bien un perfil profesional en alza. Veamos qué nos indican los datos. 

¿Quiénes son y a qué se dedican?

Según diversos estudios los nómadas digitales son personas jóvenes de entre 26 y 36 años que escogen un lugar para trabajar de forma remota. Eligen ciudades que tengan buen clima, buena conexión a internet, alojamiento asequible y un nivel de seguridad alto. Buscan también poder trabajar sin las ataduras de las oficinas tradicionales y son usuarios de los nuevos espacios conocidos como 'coworking' y de las actividades de los llamados 'clubs sociales'. Todo ello con el objetivo de vivir nuevas experiencias. 

Los destinos que eligen van cambiando según la época del año. Para consultar cuáles son los más solicitados, existe un portal llamado Nomadlist que ofrece a estos perfiles una comparativa entre las ciudades más atractivas. A mediados de octubre, las primeras cinco posiciones las ocupan Lisboa, Oporto, Budapest, Canggu y Ericeira. Es decir, tres de las cinco más preferidas son localidades portuguesas. Entre las ciudades españolas destacan Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria y Barcelona, que se encuentran entre las 25 con mayor demanda. 

Se ha creado todo un vocabulario en inglés relacionado con este tipo de profesionales. Se dice que buscan vivir en 'colivings', residencias que les ofrecen comodidades y buenas localizaciones. Trabajan en los nuevos espacios profesionales llamados 'coworkings'. Y combinan lo que se ha denomina 'workation', que es la suma entre trabajo ('work') y vacaciones ('vacation'). Incluso se ha definido un lema para describir su estilo de vida: ‘move your desk, change your life’. Vendría a ser algo así como 'traslada tu escritorio y tu vida cambiará'. 

¿Turistas o profesionales?

El número de nómadas digitales está creciendo en los últimos tres años y la pandemia también lo ha favorecido. Por ejemplo, en Estados Unidos se pasó de 7,3 millones en 2019 a 10’9 millones en 2020. Estos profesionales se mueven por todo el mundo. Algunos los consideran una nueva clase de turistas y otros los clasifican como una categoría profesional emergente. Lo que es cierto es que se han convertido en un nicho de mercado muy interesante para el sector de la hostelería y restauración de muchas ciudades.

Son diferentes las acciones de promoción turística en búsqueda de este tipo de viajeros. El caso de las Islas Canarias es un buen ejemplo. Su consejería de Turismo ha emprendido diferentes campañas para atraer captar este tipo de profesionales para que establezcan su residencia en algunas de sus islas, siendo Gran Canaria, Tenerife o Lanzarote los destinos más atractivos. También la 'España vacía' ha iniciado un conjunto de acciones en búsqueda de este colectivo porque ve en ellos la oportunidad de atraer nuevos residentes y así reactivar la economía de esta zona. 

Visados y otros incentivos

Otro factor adicional está en ofrecer un régimen económico y fiscal favorable a su estilo de vida. Varios países europeos están ofreciendo visados especiales para los nómadas digitales. Destacan los programas de Estonia, Alemania, Portugal o Croacia. En el caso español, la nueva ley de las 'startups' prevé acciones especiales para atraer a estos profesionales y facilitarles su residencia. Aparte de la burocracia de los trámites, las ventajas fiscales y tributarias son elementos decisivos para la elección. Las ventajas de Estonia son difíciles de encontrar en otros destinos europeos. De ahí que no solo se trata de ofrecer buen clima y gastronomía, sino que una fiscalidad atractiva también es un factor esencial para atraer a estos profesionales. No solo se trata de vender sol y playa, sino que el dinero sigue siendo un factor decisivo. Tomemos nota en el caso de nuestro país.

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