LO ANUNCIADO, NI MÁS NI MENOS

Un baño, un tsunami, de realidad

Eric García sonríe tras encajar el primer gol de rebote.

Eric García sonríe tras encajar el primer gol de rebote. / JORDI COTRINA

Emilio Pérez de Rozas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ya lo dijo Enric Masip, uno de los inquilinos del ‘camarote’ de Joan Laporta: "El Barça tiene futuro gracias a su presidente”. Era otro bofetón a Ronald Koeman, que había dicho (en Holanda) que el ‘més que un club’ tenía futuro gracias a él. Y, de rebote, otro que quiere entrar en el ‘camarote’ pero aún no está, el que había sido jefe de campaña, el inventor de la lona del Bernabéu, escribió: “Koeman se ha autodestruído”. Y, a los 20 minutos del iniciarse el partido, el más cruyffista de los gurús escribió en su twitter: “El Barça no tiene el balón. Pedri y De Jong, invisibles. Ningún atisbo (ya no de poder) de intentar defender con balón. Pérdidas graves. Equipo sin idea ninguna. 0-1, Muller. En qué han convertido a un equipo que dominó el juego como nadie. Muy triste”.

Seamos sinceros o, simplemente, seamos: se veía venir. Poco pasó. Los azulgranas, por vez primera en la historia, no tiraron ¡ni una sola vez! a puerta. Cierto, el Barça renunció a casi todo. Le sobró medio campo y 75 minutos como pocos. Le sobró rival, que ganó sin despeinarse y que, fijo, respetó a los azulgranas asegurándose, simplemente, el primer puesto del grupo. Koeman, que ha decidido morir con lo suyo o lo poco que tiene, ni pintó el 4-3-3 que pide el presidente ni dio bola a Umtiti y Riqui Puig. Y, sí, se sintió inferior desde el minuto uno y buscó la contra como si fuese el Onteniente y buscase el menor daño posible.

Y, ahora, el Granada

Tenía razón el cachondo que me envió el primer meme de la noche. La alineación del Barça: Padre; nuestro, que, estas, en el; cielo, santificado, sea; tu, nombre y amén. No había otra que rezar y, mira, la primera media hora fue de aguantar, pero fue bastante increíble que veteranos como Muller o Lewandowski parecieran veinteañeros y los jugadores del Barça ‘legends’. Era otra dimensión. Desconocida.

Es evidente que a Koeman le darán algo más de tiempo. No mucho más. Porque los que le tienen en la mirilla, igual hubiesen preferido un Barça atrevido, joven, lanzado, que presionara arriba, que fuese valiente (aunque no tuviese delanteros) y acabar el partido, no con 2-8, sino con el 1-4 que el Bayern le endosó, el otro día, al atrevido y juvenil Leipzig cuando fue a por ellos. Una cosa esta clara, si el partido de anoche hubiese sido la ida de octavos o cuartos de la Champions, el equipo de Julian Nagelsmann hubiese ganado 0-5 o un set, 0-6, para asegurarse, ya en el primer encuentro, el pase.

Ahora, el próximo lunes, toca el Granada y, tal vez, visto lo visto y oída la pitada que se llevó Sergi Roberto al ser sustituido, lo que toca es poner a los niños y que sea lo que Dios quiera. Arrancar (de una vez) el Barça del 2026. Por rezar, que no quede. Visto el meme, a por todas.