La nota

En busca del banco desconocido

Hace cuatro años el 'exconseller' Baiget dijo que estaba dispuesto a ir a la cárcel por el 'procés', pero no a perder patrimonio. Puigdemont lo cesó

Tribuna de Cuentas          David Castro

Tribuna de Cuentas David Castro / David Castro

Joan Tapia

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Hace unos días el Tribunal de Cuentas, en un procedimiento muy polémico y dejando solo tres horas para las alegaciones de los abogados defensores, impuso una fianza solidaria de 5,4 millones a 34 dirigentes independentistas por gastos indebidos en el extranjero a favor del 'procés'. Lo más llamativo era que la fianza era “de facto” una condena previa a la sentencia. Parecía ideada para boicotear la desinflamación del conflicto que perseguían los indultos y José Luís Ábalos, entonces ministro VIP y secretario de organización del PSOE, las calificó de “piedras en el camino”.

La Generalitat aseguró que no habría problema. El Institut Catalá de Finances, dotado con diez millones para la ocasión, facilitaría que un banco privado avalara las fianzas de los 34 encausados. No sería pagar una condena sino avalar una fianza y la presunción de inocencia impera en el mundo judicial. La solución era atrevida, pero no descabellada. El problema, el fracaso, es que hasta hoy -el día antes del fin del plazo- la Generalitat sigue buscando el banco deseado. Quizás porque su decreto dice que, en caso de condena, no se ejecutaría hasta que hubiese una sentencia internacional.

Lo mejor sería que la Generalitat encontrara el banco desconocido. El necesario diálogo tendría un obstáculo menos. Pero los independentismos deben aprender -en Elna se ha visto que son testarudos- que no se debe vender la piel del oso antes de cazarlo. El independentismo lleva tiempo prometiendo lo que no puede. Y despreciando a quienes lo señalan. Luego, las consecuencias las pagamos todos.

Lo del banco avalista que no se encuentra me ha recordado las declaraciones, el 3 de julio de 2017, de Jordi Baiget, entonces 'conseller' de Empresa de la Generalitat (antes secretario de Presidencia con Artur Mas) a Xavier Xirgo, el autor de los dos últimos libros de Puigdemont, en 'El Punt-Avui'. Entonces, poco antes del gran error de la DUI de octubre, Jordi Baiget confesó: “Hemos tendido a menospreciar al Estado y el Estado es muy fuerte... tanto que seguramente no podremos hacer el referéndum”. Y añadía que firmar los requerimientos del Tribunal Constitucional imponía respeto: “Ir a prisión, yo podría aguantarlo, pero no si van contra nuestro patrimonio; pensemos en las familias a las que nuestras decisiones pueden afectar”.

La reflexión del 'conseller' Baiget no fue escuchada. Sólo mereció el cese fulminante de Puigdemont. El independentismo se equivocó al no reflexionar sobre lo dicho por un nacionalista, e independentista, que no quería prometer imposibles. Porque Baiget hacía otras dos reflexiones muy pertinentes. Una: “Necesitamos una movilización masiva”, pero “pensar que conseguiremos movilizaciones mayoritarias y permanentes es no conocer el país”. Sobre la idea de la CUP: “el país no aguantaría una huelga general”. 

La otra advertencia no era menor: “una parte del Govern no estamos en el núcleo duro de las decisiones y esto…esto genera lo que genera...a mí, y a otros, no se nos consulta la estrategia que debemos seguir…”.

El 'conseller' Baiget tenía razón. Por eso fue purgado. Hoy conviene recordar que 5 millones es una fortuna para un ciudadano normal. Pero a 500.000 por barba, de diez millonarios del 'procés' ,sería -me lo decía un gran empresario no catalán- menos de lo que se van a gastar en la gasolina del yate este verano. ¿Por qué hoy ya no hay diez millonarios dispuestos a avalar? 

Porque la realidad no es la de los sueños de Puigdemont. Espero que el president Aragonès tenga más “seny”.  

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