Un mundo feliz sin deuda

En el mundo feliz que el informe 'España 2050', encargado por el Gobierno, vislumbra para dentro de 30 años no aparece ni rastro de preocupación por la enorme bola de deuda pública que tendrá que digerir la generación que entonces estará en cada engranaje del país, muchos de cuyos miembros aún no han nacido.

El informe elaborado por 200 expertos, que el Gobierno ha hecho suyo, proyecta para 2050 un mundo en el que, si se adoptaran las algo más de dos centenas de medidas que se plantean, se llegaría a un punto cercano al pleno empleo (con una tasa de paro del 7%), con una jornada semanal de 35 horas, cero brecha salarial de género y, atención, un 92% de personas satisfechas con su vida, posiblemente felices. La población en riesgo de pobreza bajaría del 22% al 10% y los alumnos repetidores de curso pasarían del 29% actual al 5%.

En las 676 páginas de este informe no figura la más mínima preocupación por la deuda pública. La única referencia es para decir que el fuerte aumento del gasto no haría crecer la deuda, pues se financiaría con impuestos más altos o nuevos. ¿Y qué pasaría con la deuda que ya figura en el legado que esta generación dejará a las siguientes, engordada por efecto del covid? Mutis. 

La deuda pública supera ya el 120% del PIB. Según la Autoridad Fiscal (Airef), si no se hace nada y la economía crece a una velocidad de crucero del 1,5% —como se apunta en el informe España 2050— la deuda pública en el 2050 aún será del 110% del PIB. A poco que cambien las circunstancias de los tipos de interés el panorama puede empeorar. Según la Airef, una subida de un punto en toda la curva de los tipos de interés implicaría un mayor coste de 15.000 millones solo en el periodo 2021-2024, una cantidad cinco veces superior al coste del Ingreso Mínimo Vital en un año (3.000 millones). Ni una palabra de esto en el mundo feliz del 2050.

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