Cine

Mujeres que sacuden la industria

Lo importante no es tanto una mayor presencia de mujeres en la industria como el trabajo que hacen para cambiarla

La actriz Frances McDormand y la directora Chloe Zhao, tras ganar el Oscar por 'Nomadland'

La actriz Frances McDormand y la directora Chloe Zhao, tras ganar el Oscar por 'Nomadland'

Desirée de Fez

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Una de las mejores cosas que le han pasado al cine y al audiovisual en general, por no decir la mejor, es la redefinición de lo que se entendía no hace mucho (y a excepción de figuras concretas a lo largo de la historia) por ser una mujer con poder dentro de la industria. El pasado 19 de abril se estrenó en HBO la serie 'Mare of Easttown', en la que la actriz Kate Winslet ejerce de protagonista y debuta, tras treinta años en la industria, como productora ejecutiva. Las redes se iluminaban ayer con una foto imponente de Michaela Coel para la revista 'Variety', honorada como una de las seis líderes creativas de la comedia. En ella, la mujer que hay detrás y delante de la magnífica serie 'Podría destruirte' (2020) aparece coronada por una aureola. Estos últimos meses, han aparecido varios artículos sobre el peso que tiene en Hollywood como productora la actriz Reese Witherspoon, con su serie 'Big Little Lies' (2017-2019) como punta de lanza. Y la británica Phoebe Waller-Bridge ha pasado, en cinco años, de crear la serie independiente 'Fleabag' a firmar un contrato multimillonario con Amazon a finales de 2019 y prepararse para coprotagonizar, con Harrison Ford, el nuevo Indiana Jones. Hay más ejemplos, pero lo importante no es tanto (aunque lo es) una mayor presencia de mujeres en la industria como el trabajo que hacen para cambiarla.

Hasta no hace mucho, la idea generalizada de lo que significaba tener éxito en la industria era hacerse un hueco en un mundo de hombres. Una imagen que representa eso es la de Kathryn Bigelow, recibiendo el Oscar por 'En tierra hostil' (2008). Sería injusto infravalorar el momento: era la primera mujer en la historia que ganaba la estatuilla, y ese premio y esa imagen fueron inspiradores para muchas personas. Pero, visto hoy, el vídeo en el que Bigelow recoge su premio se siente in-cómoda. Además del mosaico de nominados (ella y cuatro directores), contrarían un poco la imagen de ella (levantándose de la butaca rodeada de hombres) la proporción de agradecimientos a varones en su discurso y cierta celebración del premio, más por lo exótico que por lo merecido. No seré yo quien ponga en duda la importancia de Bigelow como cineasta y referente. Pero, en gran medida por el efecto que han tenido los movimientos 'Me Too' y 'Time’s Up', ser hoy importante en la industria implica mucho más que ser visible. Las creadoras que encabezan este artículo no son sólo importantes por ganar parcelas de poder en un entorno poco paritario. Lo son por implicarse sin reservas en proyectos en los que creen, a menudo convirtiéndose en productoras y creando sus compañías. El objetivo de asumir ese rol no es confeccionar proyectos para su lucimiento, aunque algunas cuenten que era la única manera de poder interpretar a personajes que les interesaran o tuvieran más de 30 años. El objetivo de estas creadoras es sacudir los cimientos de la industria de maneras distintas.

El objetivo de estas creadoras es sacudir los cimientos de la industria audiovisual de maneras distintas

Una, acabando con las jerarquías. Winslet explica en I'ndieWire' que exigió a su productor que, al margen de lo que pusiera en su contrato, su caravana no fuera más grande que la de los otros actores. Otra, enriquecer el panorama de personajes femeninos en la ficción y de los relatos que protagonizan (no sólo femeninos; todas proponen una representación lo más amplia y fiel de la sociedad). Es obvio que tanto la serie de Coel como la de Waller-Bridge, productoras ejecutivas de sus proyectos, lo han hecho y han sentando un precedente. Y Witherspoon ha encontrado una fórmula curiosa: comprar los derechos de adaptación de las novelas escritas por mujeres que le gustan. Otra vía fundamental que están tomando para cambiar la industria es dejar muy claro que la paridad no se construye a posteriori, cuando el proyecto está más que pensado. Estas creadoras apuestan por sus compañeras desde el principio y eso genera una comunidad que desactiva poco a poco muchas cosas; entre ellas, la imagen de Bigelow rodeada de hombres, antes de subir a por su Oscar. Once años después, Chloé Zhao compartió mosaico con otra mujer, Emerald Fennell, y dedicó su primera mirada antes de subir a por el Oscar a Frances McDormand, protagonista de su película. Son cambios importantes porque trascienden lo simbólico, porque hay mucho trabajo detrás, hecho por mujeres importantes e inspiradoras.