ANÁLISIS

Pedri vs Pjanic

Messi y Pedri, en un entrenamiento del Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí.

Messi y Pedri, en un entrenamiento del Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. / FCBARCELONA

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

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Este parón por partidos internacionales ha sido una pausa innecesaria para los interesados en el desenlace de la Liga, pero ha resultado útil para algunos jugadores.

Pjanic, por ejemplo, recordó lo que significa ser titular. Hace un mes y medio que no lo es con el Barça. También le ha ido bien a Pedri, que ahora que ya ha jugado con España, ahora ya sí es un escándalo. No me dirán que es lo mismo destacar en el Parque de los Príncipes que brillar contra la potente Georgia. 

Pedri le ha ganado la partida, entre otros, a Pjanic y ese mérito hay que apuntárselo a Koeman, aunque el bosnio nunca haya sido santo de su devoción. Lo primero que necesitaba el canario era confianza, luego ha resultado ser un superdotado que ha asumido con naturalidad y calidad todas las oportunidades.

Pjanic, por ejemplo, recordó lo que significa ser titular. Hace un mes y medio que no lo es con el Barça

Aun así, no hay que olvidar que su explosión se ha precipitado por las circunstancias. Si el Barça hubiera contado con una nómina de centrocampistas a la altura de lo que es el club, probablemente Koeman hubiera dosificado las apariciones del canario. Su proceso de maduración quizás se hubiera parecido más al de Iniesta, por ejemplo.

Crecimiento de jugadores

No ha sido el único caso que ha florecido en esta que tenía que ser una temporada de transición y ahora ya no se sabe lo que puede llegar a ser. La necesidad obligada por una plantilla mal confeccionada ha permitido el crecimiento de jugadores como Pedri, Araujo, Mingueza o Ilaix. Una lista que difícilmente hubiera tenido tantas oportunidades en una plantilla compensada y llena de estrellas.

La necesidad obligada por una plantilla mal confeccionada ha permitido la irrupción de Pedri, Araujo, Mingueza o Ilaix

Este ejemplo debe servir en el futuro. Evidentemente no para planificar desastres como el de esta temporada, sino para dejar margen a los que suben. El Barça debe tener jugadores contrastados, pero a partir de ahí, para las rotaciones, siempre será mejor contar con jóvenes dispuestos a comerse el mundo que con centrocampistas treintañeros que se sienten ninguneados cuando no tienen minutos. Y no me refiero solo a Pjanic, porque su caso no fue más que una operación contable.