ANÁLISIS

Dosificar a Umtiti

Umtiti, ante el Sevilla en la ida de semifinales de Copa.

Umtiti, ante el Sevilla en la ida de semifinales de Copa.

Albert Guasch

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Fue escuchar la alineación, el andamio defensivo en particular, y un escalofrío recorrió el espinazo del culé. «‘Avui prendrem mal’», se oyó en la redacción de este diario, como debió oírse en muchos hogares. El fatalismo ancestral cogió rápida ebullición pese a la excelsa trayectoria del 2021 hasta ahora. Diez victorias por una sola derrota. Ahora dos. Se dice pronto. Pero no era ciertamente la mejor armadura para afrontar el primer contrincante con categoría europea este año. Y se constató con el primer gol sevillista. Estuvo blando Busquets y sobre todo Umtiti, nombre que nos provoca más temblores que una fuerte fiebre. En el segundo tampoco estuvo preciso marcando la línea del fuera de juego.  

Pensamos enseguida cómo confrontar a Neymar o Mbappé con el gastado defensa francés, o incluso con el frágil Junior Firpo, el próximo martes en la Champions, y los sensaciones no eran reconfortantes. Pero hay ocho jugadores lesionados, es evidente que no era el equipo predilecto de Koeman, quien prefirió dosificar atrás, y más allá de los nombres, el comportamiento grupal no enterró expectativas. 

La Copa se aleja

Compitió bien en conjunto, salvo Umtiti, al que le va a costar mucho sacudirse la desconfianza del aficionado. Se empeña el francés en generar frustración prácticamente en cada actuación y en dar la razón al filtrado ‘informe Planes’: «Tiene muy difícil jugar partidos de máxima exigencia además de no ser tampoco un jugador fiable por culpa de sus lesiones», decía. ¿Qué más se puede añadir?

Pero no se trata de llenar esta columna solo con cuestiones consabidas y conviene conceder el perdón a un Barça tan mermado, físicamente exprimido, que en ataque volvió a entregarse a los disparos de Messi, y que posiblemente se llevó un resultado más adverso de lo merecido. La Copa se aleja. Ahora bien, como examen de cara al emparejamiento contra el Paris SG, si bien no sirvió para tranquilizar, tampoco para alarmar. Aún se puede confiar, siempre que el dosificado sea Umtiti.