Test para PSOE y PP

Pedro Sánchez se reengancha en Catalunya

PSOE-PP van a Catalunya como fueron César y Pompeyo a la Bética en su guerra civil

Pedro Sánchez, en la reunión del Comité Federal del PSOE celebrada en Barcelona.

Pedro Sánchez, en la reunión del Comité Federal del PSOE celebrada en Barcelona.

Javier Aroca

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En aquellos tiempos de los dolores de la investidura nadie podría imaginar que el PSOE estaría en la situación de hoy en relación con Catalunya. Al menos , eso dicen las encuestas. Pedro Sánchez quería ser investido y no le importaba sobrevolar incluso por encima de los intereses del PSC.

Ahora parece que el socialismo ha superado su propia debilidad, incluso ha encontrado un candidato, como se dice ahora, transversal. Porque Salvador Illa no daña, a los electores se entiende, otra cosa es al resto de la arena política catalana, notablemente dolida con su candidatura.

El PSOE , entiéndase sin ironía, a través del PSC, ha encontrado una oportunidad clara de centralidad política en Catalunya. Por eso, Sánchez se la juega, lo sabe, porque Catalunya, si se trata de sumar, suma, y si de restar, te deja en la bancarrota. Si el PSOE vence habrá disuelto su piedra en el zapato español y, en sectores profundos del Estado, habrá ganado en reputación.

Su ensalmo, así lo vende, es el cambio de ciclo, un cambio para demostrar otra relación de fuerzas, otra realidad compatible con su proyecto para todo el Estado.

Para el PP es cosa distinta, se trata de supervivencia. No solo porque no mengüe sino porque se quede sin discurso en el resto del Estado. Ya se sabe que la derecha más mesetaria, sin ETA ni Catalunya, es un auténtico alfeñique. Entre todos los que se llaman constitucionalistas apenas sumarán poco, en todo caso, poco más poco, aunque Inés Arrimadas predique imposibles bastones de apoyo con condiciones al socialismo. Su castigo, y el de Catalunya, será la irrupción de la extrema derecha españolista en las instituciones.

PSOE-PP van a Catalunya como fueron César y Pompeyo a la Bética en su guerra civil; la derecha allí ya está derrotada, pero es Roma. Catalunya para los dos partidos centralistas será como su 'stress test', una ventana se dice ahora. Si Illa sale bien, el PP quedará malherido. Pero no olvidemos que a Sánchez no se le dan bien estas nominaciones; pregunten en Madrid.