Mujeres ejemplares

Referentes

Cada una de nosotras podrá elegir la Kamala Harris que le anima a seguir adelante. Exactamente igual que con Rachel Levine

Kamala Harris, de 56 años, es la primera mujer elegida vicepresidenta de EE UU.

Kamala Harris, de 56 años, es la primera mujer elegida vicepresidenta de EE UU. / EFE

Jenn Díaz

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Cuando era pequeña quería ser como mi hermana, porque era el referente más inmediato que tenía en mi casa y en quien me gustaba mirarme. Después quise ser como mi prima, que había estudiado INEFC, y a mí me gustaba la idea de convertirme en entrenadora de natación. Después quise ser Carmen Martín Gaite. Tenía boinas y cuadernos para todo. Más tarde, Natalia Ginzburg. Aún querría parecerme un poco. Siempre, cuando he levantado la cabeza y he querido encontrar una referente, la he encontrado. Todas las mujeres que he mencionado tienen una cosa en común: son blancas. No creo que esto sea casual. No es casual que la mayoría de mujeres en quien puedo reflejarme sean blancas. Y tampoco es casual que yo, una mujer blanca, busque entre mis similares.

¿Qué pasa cuando levantas la cabeza y no encuentras, como yo he hecho desde que soy pequeña, alguien a quien parecerse? ¿Y qué pasa cuando las referencias que puedes encontrar repiten todos y cada uno de los estereotipos negativos que te obligan a quedarte en los márgenes de la sociedad? ¿Qué pasa si las mujeres en las que yo quiero reflejarme son todas víctimas de un sistema discriminatorio y desigual? ¿Qué pasaría si todas las mujeres a las que me parezco salen en la ficción y en la realidad representadas como seres infravalorados y maltratados por su entorno? Será muy, muy difícil que me visibilice a mí misma como una mujer con posibilidades de tener éxito y oportunidades.

Todo esto lo cuento porque hace unos días muchas niñas, en todo el mundo, pudieron presenciar y reflejarse en una nueva mujer que forma parte del mostrador del poder mundial: Kamala Harris. Muchas niñas en condición de racialización. Muchas personas con orígenes diversos. Muchas mujeres que se dedican a la política. Muchas mujeres en espacios de poder históricamente masculinizados. Cada una de nosotras podrá elegir la Kamala Harris que le anima a seguir adelante. Exactamente igual que con Rachel Levine.

Durante siglos, las mujeres nos hemos podido reflejar en otras mujeres a las que les han robado obras maestras; a quienes han diagnosticado histeria femenina; a quienes quemaron acusadas de brujas;, a quienes han maltratado física y psicológicamente; a quienes han despreciado, pedido que se calle o culpabilizado. Si nunca has creído que los referentes positivos son necesarios, probablemente es porque cuando has levantado la cabeza, siempre los has podido encontrar.