Cambios en el PSC

El 'efecto Iceta'

Al frente del Ministerio de Política Territorial y Función pública, debería fortalecer las perspectivas de negociación en el conflicto político catalán

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en una rueda de prensa en el Parlament.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en una rueda de prensa en el Parlament. / QUIQUE GARCIA

Jordi Mercader

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Miquel Iceta nunca quiso ser 'conseller' ni ministro; finalmente, las prisas por capitalizar en las elecciones catalanas el crédito acumulado por Salvador Illa durante su año al frente del Ministerio de Sanidad le han empujado al Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Desde el Consejo de Ministros esperará a ver hasta dónde alcanza el 'efecto Illa' y cómo el resultado de nuevo candidato condiciona la sucesión en la primera secretaría del PSC, un proceso determinante para saber qué PSC habrá en el futuro inminente.

La presencia de Iceta en el Gobierno de PSOE-Unidas Podemos debería fortalecer las perspectivas de negociación en el conflicto político catalán. La ministra saliente, Carolina Darías, tuvo escasa influencia en el pobre balance de la mesa negociadora, controlada por la vicepresidenta Carmen Calvo. Sería absurdo que el ministro entrante no gozara de mayor protagonismo que su predecesora en el diálogo con los partidos independentistas. Conoce mejor que nadie en Madrid las causas de la crisis catalana y la lógica de los interlocutores soberanistas. Sabe de sus prisas y sus miedos, de sus poses y de sus razones, de sus prioridades reales y de sus eslóganes movilizadores.

Esta experiencia podría no servirle de nada si Pedro Sánchez no se sobrepone a la presión a la que le someterá ERC por sus votos en el Congreso. Iceta fue durante años un interlocutor permanente de Oriol Junqueras hasta que todo se torció con la explosión emocional propiciada por el fracaso del 'procés' y el encarcelamiento de sus líderes. El primer secretario del PSC nunca ha accedido a visitar a los condenados, irritando sobremanera a los republicanos. El insólito veto parlamentario del que fue objeto por parte de ERC para impedirle ser presidente del Senado explicitó la ruptura Iceta-Junqueras. De poco le ha servido ser el primer socialista en promover el indulto o defender el diálogo y la reconciliación. La nueva etapa servirá para conocer la profundidad de las heridas.