Ágora
Política Calígula
Quien califique de traición el sí de Esquerra a los más de 2.000 millones de euros en inversión y gasto social de los PGE le falta el respeto a las miles de personas que sufren en la mayor crisis económica de nuestro tiempo
Gabriel Rufián
Diputado de ERC en el Congreso
Gabriel Rufián
Cuanto más se pelee Esquerra por el pasado con las diferentes familias convergentes más presente y más futuro le estará regalando al PSC. En un mundo sin verdad en el que las distancias se miden en campos de fútbol, los sueldos en empleados de Mercadona, lo público en 'zendales' y el fascismo es bueno o malo en función de la bandera que ondee, Esquerra no tiene medios para hacer distinguir al electorado independentista entre agresión y respuesta. Pase lo pase, todo será descrito como la enésima polémica. Pase lo que pase, solo quedará la crónica de 30 segundos equidistante en el telediario de la noche. Si Esquerra se equivoca es culpa de Esquerra, si Convèrgencia o Divergència se equivoca es culpa de todos. Nada personal. Dinámicas con 40 años de inercia. Y ante este escenario el único beneficiado es y será Iceta, que acaricia un gato mientras sueña con repetir lo hecho por Arrimadas el 21-D de 2017. Moraleja: Esquerra no le puede regalar ni el presente ni el futuro a nadie.
¿Y qué es en política no regalar el presente ni el futuro? Hacerse cargo de la realidad por muy terrorífica que esta sea. Y la de hoy lo es. Caídas del 21% del PIB, 160 desahucios al día y 4.000 pimes y trabajadores autónomos menos en 1 año. Hoy lo fácil es tuitear, no gestionar. Pero lo fácil no siempre es lo útil. Quien califique de traición el sí de Esquerra a los más de 2.000 millones de euros en inversión y gasto social de los PGE comparándolo con el 'no' de 2018 le falta el respeto a las miles de personas que han sufrido y sufren en la mayor crisis económica de nuestro tiempo. Quien quiera dogmas inamovibles que analice misas, no política. Si el coste es dejar de ser útiles, bienvenidas sean las malas hemerotecas.
Si Esquerra se equivoca es culpa de Esquerra, si Convèrgencia o Divergència se equivoca es culpa de todos
Hoy toda una generación que votó a la derecha catalana y a sus respectivos mesías asiste a manifestaciones con el adanismo y fanatismo del neonato activista. Hoy quienes jaleaban al nacionalismo de derechas catalán mientras pactaba con Felipe y con Aznar, insultan a históricos independentistas que apuestan por el diálogo. E independientemente de la reivindicación del día, la ferocidad de las críticas dirigidas a la izquierda independentista y a sus lideres se resumen en una sola frase que la derecha más allá de sus banderas lleva repitiendo los últimos 40 años: qué mal que está el servicio. La derecha (cualquier derecha) cree que el país (cualquier país) es suyo. Y es siempre el peor casero del mundo.
La derecha, cualquier derecha, cree que el país, cualquier país, es suyo
Cuanto ha hecho, cuanto hace y cuanto hará Esquerra Republicana es un compromiso electoral cumplido. Puede gustar más o puede gustar menos pero Esquerra se presentó y ganó todo un ciclo electoral incontestablemente con un mensaje claro: política, política y política. Que utilizaríamos toda nuestra fuerza negociadora política y parlamentaria al servicio del pueblo de Catalunya. Quien diga que Esquerra ha traicionado a sus votantes o durmió durante todo el 2019 o simplemente miente a sabiendas. Esquerra está haciendo todo aquello que dijo que haría. En cambio, hay quien llegó con ocho diputados del 'no a todo' y hoy le quedan cuatro. Hay quien externaliza la política en sus escisiones. A Bel rogando y con el tuiter dando. El problema no lo tiene Esquerra.
Creer que la independencia de Catalunya está bloqueada por Esquerra es pasar demasiado tiempo en tuiter. En Catalunya centenares de miles de personas no votan opciones independentistas y no van a desaparecer. Evidentemente que no van a desaparecer. Hoy hay poco margen para la magia. Y eso nos obliga a hacer nuestro trabajo, política. Diálogo. Hay un mientras tanto entre nuestro fines y nuestra realidad y ese mientras tanto hay que gestionarlo, hay que gobernarlo y hay que liderarlo. Y eso es lo que está haciendo Esquerra. Sigamos así y no le regalemos nuestro futuro a nadie.
Malditos sean quienes esperan lo peor para tener razón y maldita sea su razón. El lodazal al que una parte del independentismo nos quiere arrastrar será por el que pasen las ruedas del PSC sin encallar. La única referencia a todo ese barro debería ser desear diariamente suerte a las diferentes familias convergentes y a su debate interno. Ya basta de política Calígula.
Ustedes eligen, Iceta o Aragonès. El fin del independentismo o una nueva aritmética independentista
El independentismo de derechas catalán le regaló la Diputación de Barcelona al PSC para que no la tuviera Esquerra. La única duda es si también lo hará con la Generalitat si puede. Y la única manera de no tener que averiguarlo es una victoria lo suficientemente amplia de Esquerra este 14-F para que no pueda. Ustedes eligen, Iceta o Aragonès. El fin del independentismo o una nueva aritmética independentista. Porque de eso va esta campaña. Gestión, política y diálogo. De republicanismo como valor compartido más allá de los símbolos que nos emocionan y como motor de cambio civil, económico y social. Lo demás es 'clickbait' e intoxicación. Créanme.
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