Pros y contras

El 'tió' i la 'tiona'

ONBARCELONA CAGA TIO

ONBARCELONA CAGA TIO

Josep Maria Fonalleras

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El tió es, simplemente, la parte de un tronco. Y se quema en la chimenea. Y, por extensión, en Navidad, es un pedazo de tronco que "dándole, finje cagar dulces y otros regalos". Es lo que dice el diccionario. Y la tiona no es nada. Nada. Hace años, se picaba este tronco, hueco por dentro, y salían regalos y dulces. En algunas familias peculiares, los golpes iban dirigidos a un sofá que, de golpe, se convertía en mágico, una especie de cuerno de la abundancia. Alguien tuvo la brillante idea de dibujar ojos y nariz y boca (risueña) al tió, con lo cual dejó de ser un tronco y pasó a ser un personaje. Al parecer, masculino. "El tió”. Como parece que era demasiado masculino, ahora se han inventado la tiona, que es como el “tió” pero en femenino. Lo han hecho en Sentmenat para celebrar la Navidad, pero no me extrañaría que la moda se extendiera, hasta que llegue el día en que hablamos de tiones con absoluta normalidad.

O hasta que pase como en el Parlament, donde han tenido que modificar el redactado de la enmienda que proponía "reducir el sueldo de las diputadas". Alguien se dio cuenta de que la gramática, siendo una convención, también crea realidades.