Los obstáculos a la presunción de inocencia

Trapero: héroe, villano y víctima

El hecho de que la información sea dosificada en su mayor parte por la Fiscalía y la Policía condiciona la hipótesis de partida que recogen los medios

trapero

trapero / ALEX R. FISCHER

Marta Sánchez Esparza

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En otoño de 2017 la cúpula de los Mossos d’Esquadra y su máximo responsable, Josep Lluís Trapero, vivían un auténtico idilio con la opinión pública. El reconocimiento ciudadano hacia la labor de la policía catalana había subido enteros tras los atentados de Barcelona y Cambrils. Pero el 1 de octubre la tensión social y la respuesta policial prendió fuego a la credibilidad de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Ese día se quebró la confianza entre las instituciones, y la polarización de versiones convirtió a los mandos policiales en mascarones de proa de dos colosos enfrentados.

Trapero fue dibujado por unos como el héroe de la causa nacionalista; por otros, como el esbirro de un gobierno rebelde. El rostro de Trapero dejó de ser la imagen de la eficacia policial y fue a engrosar la lista de los cargos públicos que debían de ser procesados por la Justicia, acusados de delitos tan gruesos como rebelión o sedición. De la noche a la mañana, el máximo responsable de la seguridad en Catalunya pasó a enfrentarse a una posible condena a diez años de prisión.

Tres años después, Josep Lluís Trapero ha sido absuelto y repuesto en su cargo de jefe de los Mossos. Pero, ¿es el mismo de antes? Hay quienes dicen que la experiencia le ha hecho más humano. Lo cierto es que le ha obligado a ver el mundo desde otro ángulo: el de cualquier persona que se convierte en víctima de un proceso mediático.

El juicio mediático

Vivimos en un ecosistema mediático donde el primer juicio que se celebra contra un investigado es el del tribunal de la prensa. Las primeras imágenes de un detenido y los titulares iniciales propician la construcción de un relato, donde la presunción, habitualmente, no es de inocencia. Es más, estos relatos suelen seguir un arquetipo narrativo que afecta negativamente al derecho a la presunción de inocencia de los investigados. ¿Cómo se construyen esos relatos?

Lo primero que hay que decir es que toda información sobre unos presuntos hechos delictivos es una reconstrucción de esos hechos, la elaboración de una versión que precede en el tiempo y en el imaginario de la opinión pública al resultado del juicio. El primer relato es el más lesivo para la presunción de inocencia, y coincide además con la fase de mayor atención mediática: la del estallido del caso y el conocimiento de los hechos en la opinión pública.

Los periodistas tienen además dificultades para acceder al sumario judicial, y el hecho de que la información sea dosificada en su mayor parte por la Fiscalía y la Policía condiciona su hipótesis de partida. Si este aspecto es siempre relevante, lo es más si cabe en el caso de Trapero, encausado tras una auténtica guerra de versiones entre cuerpos policiales.

¿Y cómo es ese relato mediático? Según la teoría del 'framing', las versiones del mundo que codifican y transmiten los medios configuran marcos de interpretación, y generan así un 'encuadre' para dar sentido a los hechos, dictando así lo que es admisible y lo que no, lo que es reprochable, lo legítimo y lo ilegítimo, incluso la culpabilidad o la inocencia.

Las narraciones periodísticas sobre el caso pivotan además de forma habitual sobre una estructura dramática de lucha entre el bien y el mal que sitúa a unos personajes como héroes (jueces y policías) y a otros como villanos (acusados). Es un eje narrativo que se reproduce, a modo de patrón, similar al de las fábulas morales.

Dicho eje narrativo convierte estos relatos en auténticas narraciones épicas con héroes y villanos. Y los encausados quedan como atrapados en este guion narrativo. Se convierten en villanos mediáticos. Por eso es muy difícil que, a posteriori, el que fue dibujado como culpable sea rehabilitado y su fama se vea repuesta. ¿Lo conseguirá Trapero?

Los esfuerzos de su letrada, Olga Tubau, han logrado desbaratar en sede judicial la versión que colocaba a Trapero como una marioneta de los promotores del 'procés'. La versión que ha prosperado en la Audiencia Nacional lo ha hecho pasar de villano a víctima de una situación indeseada y mal gestionada, como él mismo ha reconocido al admitir sus errores en su discurso al regresar al cargo.

Sin embargo, no es fácil librarse de la condena de los medios. Quien ha sido descrito como un villano en el relato público no dejará nunca de serlo a los ojos de buena parte de la opinión pública. Ha sido prejuzgado, embutido en un rol y expuesto en el interior de un personaje del que nunca podrá librarse, aunque la Justicia lo exonere del resto de responsabilidades.

*Periodista y profesora de la URJC. Autora de la tesis ‘La construcción periodística del relato de la corrupción: análisis del tratamiento informativo del caso Malaya’