Dos miradas
Día de difuntos
Josep Maria Fonalleras
Escritor
Josep Maria Fonalleras
Dicho así, como quien no quiere y sin saber inglés, Eurocoffin parece una compañía dedicada a la exportación comunitaria. O una empresa de servicios comerciales con proyección europea. Si lo miras en el diccionario, puedes adivinar que es otra cosa. Es decir, una fábrica de féretros, porque 'coffin' significa justamente eso: baúl, ataúd, caja de muertos. Tiene su sede en Barcelona, en la montaña de Montjuïc y manufactura, anualmente, unas 21.000 unidades. Es decir, unas 70 cada día. La primavera pasada, la producción experimentó un auge inusitado: unos 200 féretros diarios. Es quizás el dato más frío, cruel y significativo, de lo que vivimos y de lo que podemos volver a sufrir los próximos meses. Entonces se impuso, como nunca, la presencia imponente, constante, pastosa y universal de la muerte, no como una posibilidad lejana, cierta, pero difuminada, sino como una evidencia clara que a todos nos interpelaba. A todos.
Hoy es un buen día para pensar en ello. "Que el silencio queme por los difuntos", como escribía Vinyoli. Nos queda poco más que hacer que pasear por el cementerio y retener imágenes, cifras, la memoria dramática de los días que vivimos. Nada, pasear.
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