CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Joe Biden perdería solo

Fue un éxito de Trump empujarlo a un desliz mayúsculo, salvo que está prohibido reconocer una sola virtud del primer presidente de Estados Unidos que no quería ganar las elecciones

55608562 601

55608562 601 / periodico

Matías Vallés

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Joe Biden solo será presidente de Estados Unidos gracias a Donald Trump. El Demócrata perdería las elecciones aunque se presentara como único candidato. Y habrá que explicarle muy pausadamente que ha ganado, porque su lamentable estado de forma en el segundo cara a cara no autoriza a asegurar que aprecie su triunfo del próximo martes. Por razones ajenas por completo a su edad, no aprobaría una revisión médica para desempeñar durante cuatro años la presidencia del planeta. Para alcanzar esta conclusión no se necesita la grosería habitual de su rival, que lo despedía al grito de “tiene un problema mental”.

El mundo atisbó por primera vez las limitaciones del nuevo presidente cuando lo contempló presumir alegremente de la desaparición de la industria petrolífera. Ni un dirigente de Greenpeace se hubiera atrevido a tanto pero, lo que en otro político se hubiera tomado como un exceso de conciencia ecológica, obliga en Biden a plantear si sabía lo que

estaba diciendo. Fue un éxito de Trump empujarlo a un desliz mayúsculo, salvo que está prohibido reconocer una sola virtud del primer presidente de Estados Unidos que no quería ganar las elecciones. Y que ha gestionado pésimamente el coronavirus, a diferencia de la labor ejemplar de sus civilizados colegas europeos, que ha convertido al continente en el principal foco de la pandemia.

Promover a Biden para suceder a Trump no es una solución, ni siquiera un parche, sino una prolongación del chiste. Es tan sencillo odiar al presidente que suelta sin barreras mentales que “mira China lo sucia que es, y Rusia, o India”. El pobrecito Abascal aprendió en sus lomos la dificultad de imitar en público al campeón planetario del exabrupto, al “Hemingway de Twitter” según se define a sí mismo. Trump perderá las elecciones pero abandonará Washington camino de Florida inmunizado contra el virus que lo ha desalojado del poder. No ha declarado ni una guerra, ha matado sin juicio a menos gente que Obama. No deja a nadie al mando, pero deja al mundo sin excusas.