Dos miradas

La zanahoria de Junts

El Junts de Puigdemont se define borrando a los adversarios. Se construye con el desprecio del otro y reparte tarjetas de expulsión

Laura Borràs y Gabriel Rufián, ante el Tribunal Supremo

Laura Borràs y Gabriel Rufián, ante el Tribunal Supremo / periodico

Emma Riverola

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El 50% es la nueva zanahoria de Junts para animar el voto. Laura Borràs lo ha expresado con claridad: superar el 50% de votos para “materializar la independencia que es lo que pide la gente de este país”. La gente de este país. El 50%. ¿Y qué es esa mitad ligeramente superior que no vota a opciones independentistas? Para Borràs, parece que nada. O algo peor. Un obstáculo, un estorbo que hay que superar.

La disgregación del espacio ‘convergent’ ha bajado las caretas y permite colocar las diferentes facciones en su correspondiente cubilete ideológico. El PNC de Marta Pascal mira a la independencia como horizonte, pero contempla la negociación política para mejorar la Catalunya actual. El espejo con el utilitarismo del PNV es evidente. El PDECat de David Bonvehí también abraza al pragmatismo, pero carga la mochila de una herencia compleja. Desde el desengaño de Jordi Pujol al mesianismo aventurero de Artur Mas. Por el contrario, el Junts de Puigdemont ya está libre de ataduras. Se define borrando a los adversarios. Se construye con el desprecio del otro y reparte tarjetas de expulsión. También a la razón. Puro populismo conservador.

Suscríbete para seguir leyendo