Dos miradas
Vallvé y el confeti
De aquel enclaustramiento del confinamiento, Pau Vallvé ha firmado un disco magnífico -'La vida és ara'- que oscila entre el tormento y el empuje
Josep Maria Fonalleras
Escritor
Para los creadores, el confinamiento estricto representó un hachazo, como para todos. Se encontraron, sin embargo, con cosas que tenían entre manos o con un tiempo con el que no contaban, o con la oportunidad de enderezar historias o de pensar en otras, nuevas, a partir del aislamiento al que se vieron lanzados. Y también hay quienes sufrieron un colapso fenomenal, no solo sin la mítica (y falsa) inspiración, sino también sin ningún intento de hacer nada que no fuera deshacerse en un sofá, absortos en la reflexión, la desazón o la pereza.
Hubo quienes, como el músico Pau Vallvé, habitaron en un sótano (no metafórico, sino real) porque el destino o la fatalidad así lo decidieron. De aquel enclaustramiento, ha salido un disco magnífico -'La vida és ara'- que oscila entre el tormento y el empuje. Sacudidas emocionales, pero también conciencia del presente donde estamos, explicada desde la calma. E imágenes fascinantes, como la del confeti (¡un solo y antiguo confeti!) que cae del techo del comedor y evoca, frágil, insignificante, "las épocas gloriosas del pasado". Desciende cuando no tocaba, chispa mínima que enciende el fuego de lo que fuimos, antes de todo esto.
- Encuesta prohibida de las elecciones en Catalunya: tercer sondeo
- El nuevo impuesto que llega a Catalunya: comprueba si tienes que pagarlo
- La crítica de Monegal: Lleva siempre, en efectivo, 20.000 euros en el bolso
- Supervivientes 2024': Laura Matamoros, expulsada, Kiko siembra el caos y Pedro repite en la lista de nominados
- Un banco marroquí denuncia los bulos e "invenciones" que le relacionan con Begoña Gómez
- Esto es lo que ocurre si limpias la casa con vinagre y el rollo de cartón del papel higiénico
- Barcelona precinta el bar de copas famoso por ser donde Piqué y Clara Chía se conocieron
- La Policía Local de Santa Coloma localiza y auxilia a una mujer 104 años que se había desorientado