ANÁLISIS

Ventilación urgente

Suárez, en la ciudad deportiva del Barça.

Suárez, en la ciudad deportiva del Barça. / periodico

Sónia Gelmà

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La decisión de Koeman de dejar a Luis Suárez fuera de la lista para el primer amistoso es absolutamente lógica. Pero no por ello deja de ser un puñal para el orgullo del uruguayo, que aún no tiene concretado su futuro, y para los que hasta ahora eran sus compañeros. Cada día que pasa, es un día sin ventilación en el vestuario, un día con el ambiente enrarecido.

Luis Suárez ha sido un héroe del barcelonismo. Más allá de los éxitos globales, sus 198 goles han supuesto 198 momentos de felicidad para sus aficionados. Su rendimiento es indiscutible, que sea el tercer máximo goleador de la historia del Barça lo dice todo. Solo esa miopía tan azulgrana, en la cual el presente anula la perspectiva, puede conseguir que el último año y medio emborrone una gran trayectoria.

Tocaba regenerar el ambiente, probablemente incluso más a fondo de lo que se ha hecho

Es compatible hacer una justa valoración de su etapa y a su vez, entender que su ciclo ya no tenía más recorrido. E incluso se puede estar de acuerdo en su salida y no estarlo con la vía elegida para comunicárselo. Su extraordinaria ambición es la que le trajo hasta aquí, la que le hizo triunfar y también la que invita ahora a su marcha. No hace falta ser muy intuitivo para ver que no asumiría con facilidad un rol secundario.   

Tocaba regenerar el ambiente, probablemente incluso más a fondo de lo que se ha hecho. Pero tomada la decisión, es importante que la ejecución sea rápida, por el bien del grupo, y en este caso concreto, aún más, por la extraordinaria complicidad que mantiene con el faro del equipo. Con el paso de los meses, Messi tejerá nuevas complicidades. Como cuando se fueron Ronaldinho Deco. O cuando más tarde se prescindió de Pinto, el mismo verano en que llegaba Luis Suárez pasando por delante del Kun, la petición de Messi.

El 10 aún está curando su herida, debe recuperar la fe en este equipo y dejarse seducir por el nuevo entrenador, y para ello debe pasar página. No ayuda a ello comprobar que su amigo en mil batallas se sienta a comer solo en clase, en la última fila y que el profesor no le presta ningún tipo de atención.

Para que la energía vuelva a ser positiva es necesaria que la salida de Suárez sea con los mínimos rasguños posibles

Para que la energía vuelva a ser positiva, es necesaria la salida de sus amigos con los mínimos rasguños posibles. Porque cada herida de SuárezMessi la debe sentir en sus carnes. Cada injusticia vivida por ese alumno al que el profesor tiene manía es una mala cara de Messi.

Y porque en ese proceso que significa el volver a ilusionarse, el recuperar las ganas de celebrar goles y victorias, es básico que el pasado no esté presente. Conviene abrir puertas y ventanas, que haya ventilación; porque es cuando hay corriente, cuando el aire se renueva de verdad.